miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ignora este aviso...

De los caminos del fuego
traigo aún las cicatrices...
pero cómo combartir entonces
este frío que me embiste...

Mañana lamentaré no haberme ido
no correr a tiempo para salvarte...
pero no sé de otra forma serme
siempre respirando aire enfebrecido...

Le puede la piel al común sentido
y es la tuya entelequia de la mía
por semejante y parecida...

Escapa tú que puedes sin heridas...
que aún queda tiempo para rendirnos...
o acaso, quédate en la cama conmigo...

¿Que creías era un soneto?
¿Que era un aviso serio?
¿Acaso no leíste el título?

¡Ven!
¡Acercate!
No soy de avisos ni tú de huídas...
No eres de miedos ni yo de escondidas...
¿Qué diablos esperas?
¡Ven!...
¡Bésame!...
¡Tócame!...
¡Cómeme!...
¡Rómpeme!...
¡Recorre mis ígneos caminos!
¡Fúndete en mis caprichos!
¿No era esto lo que querías?
¿Saber de lo inaudito la esencia?
...ven entonces y nada en lava...

Pero mañana...
cuando de la almohada retires
los jirones de tu piel quemada
no olvides que te hice un soneto
en el que de verdad te amaba... y advertía...

Implosión

No has más remedio que explotar
cuando es el alma libre, credora
de amor repleta por capricho
o designio de algo más grande...
que como globo en feria hincha
inflada de otros que no se aman
del helio del dolor ajeno y propio
al suelo atada por fino cordel dorado...
que en dirección opuesta al suelo sube
estira la cuerda, alarga el cuello...
mientras más se infla y se duele
dolor rastrero que hace ruido
ensordece sonrisas y vuelos
oculta las simpáticas verdades
deja llagados los ojos
lacera el espiritu... mata.

Explota sin remedio entonces
el helio del que está plena
sobrevivir por imperativo impelida
y así arrasa campos de siembra
desiertos de dunas blancas
evapora mares de llantos
y del ahogo escapa...
Quema las culpas y soledades
asepsia de la memoria infectada...
Porque si de helio eres y no explotas
ocurre entonces la muerte
la más vil, el entenderse...
ahí arrojada, en la nada...
y ya ni cordel de oro impide la caída
ni hay poema posible que eleve de nuevo
ni nacarada torre donde esconderse
mata la implosión del alma...
duele...

Asi que si no quieres quemarte te apartas
porque exploto sin más remedio
como exige la ley del superviviente
ley natural donde las haya...
o acaso encuentra la forma
de cerrar esta fisura por donde cuela
tanto amor y tanta inquina...
tanta risa y tanto llanto
el helio que me infla
y por dentro me arde...

martes, 28 de diciembre de 2010

Esquinas, armisticios... sólo amor entonces.


No me eches... deja que me quede
no molesto, no haré ruido...
déjame sentarme en silencio
en esta esquina de tu alma
la de tanta muesca y orina
de semblantes malditos
que pasaron sin gloria
dejando, tal vez, sólo pena...

No me mires si es que acaso
te molesta esta presencia
enamoradamente indiscreta...
Sólo permite que atestigüe
cada uno de tus armisticios
cada miembro resarcido
de esos campos de exterminio
donde balas tatuaban designios...

En esta esquina de tu alma sentada
sin más porvenir que recoger tus lágrimas
ni designio más bendito que ser viento
de la energía alicaída que te arrastra
o entregarte un cuerpo limpio
para amparo de tus horas lacias
cobijo del alma en besos derramada
que me enamoró por saber reconocerse...

No me eches...
hice de tu esquina mi casa
de tu dignidad mi honra
de tu luz mis ojos
de tu amor mi templo
de tu agua mi respiro
de tu verbo mi alimento
de tu futuro mi promesa...

Sal y agua

De la humedad venimos por suerte
de padre amante erupcionado
y madre húmedamente dispuesta...
En ella desarrollamos sin seco remedio
desde la vista hasta el talento,
huesos y piel...hasta el pelo
que de recuerdo recurrente
son al ochenta por ciento
ese fluído originario...

En líquido se expresa el alma dolida
derramando las angustias
en húmedos vaciados...
para caberse luego a si misma
y entregarse así más limpia...
y en la entrega de nuevo
llenarse de angustia supina...

Es la vida un mismo fluír cambiante
de un río que nunca es el mismo
dijo Heráclito acertando...
y en caudales y remolinos
deshacemos ambigüedades
nos hacemos de fortalezas
que reciclan nuevas humedades
en aquellos que enfrentamos...

Mar somos de saladas profundidades
en flujos de densidades dispares
por amniótico, semen, sudor o llanto
sal y agua es el substrato...
y de todas las humedades en las que somos
en la mía propia nado siempre
disfrutando de mi origen salado...
de tu mano y agua... a ser posible...

Mi Henry Miller

No son tus juegos ni tus travesuras
ni esas historias bajo llave guardadas
ni ese mostacho y chiva miserables...
que desatan demonios imparables...

No es que vengas o yo vaya...
no es la prosa ni el verso ligero,
no es ni el miedo ni el intelecto...
lo que mata entre los dedos mi calma.

Es tu mirada perversamente ingenua...
son tus saberes de sátiro bien instruido
lo que irrita mi garganta y da respiro...

Es que eres mi Henry Miller perdido
exquisitamente fetichista y vivo...
locamente tú, en versos... locamente mío

Espejismos del eco, restos...

De un viejo juego maniqueo
inventado antes de los siglos
soy el eco distraído a merced del viento...
sin más argumento que ondular
ni más destino que vertical pecho
donde estrellar la voz perdida...

Del sueño de Eros amando a Palas
soy la restante pesadilla
de los hijos que no tuvieron
y el calor que los deshizo...
sin más fortuna que sudar
las vigilantes horas que no me dieron...

Del corte cínico del hierro oxidado
soy la rebaba resultante
irregular y afilada, cortante...
sin más sino que ser retirada
por mano de herrero sentido
realizando el sólo fin de caer al suelo...

De lo bueno lo peor,
de lo peor lo mejor...
de tus manos amuleto,
de tu vida el eco...
de tu cuerpo la rebaba...
de tus sudores el sueño...

sábado, 25 de diciembre de 2010

Solsticio

Desde el Solsticio de mi invierno
de nieves ardientes sembrado
por tintas derramadas en desiertos
es a tu Equinoccio al que vengo.

Verdad la que arranca de mis manos
el ser verdadero que escondo
no tanto por los azules pasillos
como por lo restos, rescoldos....

No hay distancia que no salve gaviota
ni antesala en la que no espere sentada
de tus sabores y aromas provista...

Ni salva un salto de mar salada
el gusto que se queda intacto
cada vez que tu voz me llama...

Ciudadanía del alma...

Sin papeles ni visado
asilado perpetuo, te declaro
ciudadano de mi alma...
patría sin bandera ni consulado
más allá de la frontera de piel,
de puertos sin faro
sólo a oscuras se llega...

Es tierra esta de playa apacibles
también de selvas
fieras y riscos...
De tan pocos habitantes
que ni municipio
ni pueblo contiene
solo es tierra...
por voluntad autodeterminada.

Para ser ciudadano de estos lares
no se exige ningún rito ni promesa
ni jura de bandera ni papel firmado
más que solo la intención verdadera
de sentirse en esta nación repatriado
desde otros lares menos amables
quedando siempre en el puerto,a la espera,
la nave que lleve de vuelta
al país de los silencios...

Ciudadano de mi alma te declaro
aunque yo misma emigre a veces
a probar suerte en otros lados...
por amor o desagravio
a esta tierra perteneces
con pleno derecho y sin deberes..

Un llano verso en tu documento...
te dirá simpre de dónde eres...

martes, 21 de diciembre de 2010

De pecados y bautismos...


Desde la insolidaria memoria
grita tanto muerto aquejado
de haber sido experimento
de una vida adormilada...
como semilla en garra de pájaro
que no halló la fértil garganta...
escucha el infinito sus gritos y los venga
atando ahora mis manos asesinas
con bramante de piel y melaza...
torturando las horas que me quedan
con incalculado oprobio
del saberte y no tenerte...
de imposibles sembrando estancias...

Rie irónico el orbe entero de su hazaña
de darme así el castigo merecido,
ignorando en la esencia última del alma
que no es dolor lo que me causa...
tal vez de otras vidas fuera motor de llanto
no es el caso de la mía ya llorada
que no es tener lo que preciso
ni tomar, ni comer
ni montar, ni beber,
ni ser más nada
que mudo testigo de la existencia,
divina esperanza colmada,
en la que eres y te vives suficiente,
el saberla ya me basta...
para vivirme me hago de ella
lejos de la soledad inquieta
servidumbre de alguna mentes
indispuestas con su era...
y río entonces del castigo
lo bendigo...


En su oportuna venganza me dio el destino
el nombre que precisaba
Vaivén del viento...
¡bendito bautismo sin agua!
y en el viento mecida por siempre
penará el alma su culpa agradecida...

domingo, 19 de diciembre de 2010

Por adopción atribuida

Hubiero hecho esto antes
de no sentirme tan pequeña
de tus palabras respiro...
y haces cuna con ellas
y amamantas como nadie
lo que de cordura me queda.

Me hice tu sombra hace tiempo
de tu juventud me contagio,
me subo a cerros contigo
desgañito mi gaznate a puro grito
luego nos vamos de fiesta...
o nos tumbamos a reir en el suelo.

Oigos tus huesos, sudo tu esfuerzo
te saco los ojos con besos
para mirar al mundo como debo...
de la casualidad discrepo y digo
causalmente inevitable, destinado
que tú y yo nos diéramos....

Te llamo de mil maneras
chiqui, chiquitina, lazuencita
hada, bruja, sibila, abuelita...
por adopción sin legales papeles
para atarte a mi vida por siempre
que se rie mi finitud cuando eres...

Voz del oráculo
líbica Sibila...
ninfa de la era
inmortal verbo
reina, mi reina
no me dejes
no me olvides
no te rindas...

esto es que te lo debia.
por más que sea una hereje
de tu piel indigno tatuaje...

(Poema para Martincaro Lazuen)

Te sueño... qué remedio

A mi insistencia
tu resistencia,
a mi candela
húmeda madera,
a mis sueños
realidades,
a mi concupiscencia
virtuosa pega...

A tu boca un eterno
a tu pecho una quimera
a tu piel solo un verso
a tu amor no llego aunque quiera...

No hay carta
no hay poema
no hay léxico posible
que de mi hondura te saque...

Será en sueños entonces
donde te tome por sorpresa
y enrede tu alma en mi ombligo
y descoyunte entero tu cuerpo...

Tal vez una mañana al despertarte
preguntes a tus sábanas revueltas
por qué se dieron humedades...
era yo que te soñaba, perdona.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Cal viva

Miro atrás, estatua de sal me vuelvo
delante sólo tus ojos que arden...
no bastan los mensajes, advertencias
¡No pasar! ¡Alto! ¡Peligro! ¡Danger!...

Ignorante de los aires que soplan
en mi infierno de pleno caes...
no sabe mi alma evitarte...
ni quiere mi vientre hacerlo...

Es de cal la piel que me envuelve
cal viva, que mortal si se moja...
y es tu humedad tan abundante...

¡Que se deshaga pues tu lengua
quede sólo a jirones en mí deshecha
sean tu agua y mi piel mortal mezcla!

Visitante

Visitante de dos dias al año
salido del recuerdo ingrato
antigua soledad inoportuna...
que atrapa en mi boca un te quiero
no escapa más que el silencio
de tenerte siempre olvidado
más presente que otras cosas...

Duele tu abrazo en mis costillas
estruja el alma aún herida
de aquella lid que no era mía...
y aún lánguidos mis brazos
anhela la niña tus besos...
el arropo vespertino
el regaño...

Tuyo el pecado mío el castigo
de este deseo de amarte
si saber cómo se hace
sin haberlo aprendido
sombra de lo debido
te trato tal amigo
mientras grita mi alma
¡No es amigo es otra cosa!

Y llora de nuevo la niña
que no corre hacia tus brazos
escondida en rencorosa sombra
inadvertida, comatosa...

Corre el tiempo y no aminora...

miércoles, 15 de diciembre de 2010

El azul de un verbo intraducible

En la conjugación de un verbo intraducible
te tengo y te mantengo hace tiempo
cómo algo único, indescifrablemente bello.

En el modo indicativo del tiempo presente
es cada te quiero sincero y me sostengo...
viendo juntos una de Chaplin o dando un paseo
riendo o llorando confidencias de tanto anhelo
que aún no siendo las mismas batallas
padecen iguales cicatrices las almas
en este modo te tengo siempre
como hermano, como ángel y como amigo...

En el modo subjuntivo de cualquier tiempo
arrancándome la piel en sonetos te siento
en tu boca atrapada quedaría por siglos
del saber y la maestría que desprendes
en cada verso, en cada gesto...
arrebatada en eróticos sublimes
en incandescencias de versos frescos
de rehén te tendría en un cuarto
sin puertas ni ventanas, sin tiempo...

En tu mundo de azules sueños
has de tenerme siempre
conjugando contigo este verbo
por intraducible que sea...
porque los dos lo entendemos...

La cata

Para catar el mejor vino
como dicen los expertos
busca un sitio tranquilo
sin demasiada interferencia...
Descorcha con primor la botella
y derrama un poco de caldo
sobre la copa de mis piernas...

Como enólogo entendido
sabes que es primero la vista
lo que indica la añada y frescura,
mira bien su transparencia
su color y su textura....
Agita un poco el caldo en la copa
para ver su graduación y cuerpo
al ritmo de alguna música
de esa tuya ¿tal vez Arjona?...

Es el olfato lo siguiente
que ha de descifrar este vino...
acerca pues la nariz a la copa,
inspira intesamente para hallar
si es de cereza o grosella
de este sorbo la naturaleza...

Es la parte del gusto la más dificil
has de dar un sorbo pequeño...
en la punta de la lengua se queda el dulce
en los costados los sabores más ácidos
en el final de la lengua lo amargos...
es la impresión final la que queda...
y te dice de la calidad del vino...

Y una vez catado este caldo
dime mi enólogo bendito...
si no es el mejor que has probado
que ni Cabernet ni Sauvignon
ha de saber mejor que este...
dime ahora sinceramente...
¿Cuántas copas te sirvo...?

lunes, 13 de diciembre de 2010

Es tu amistad gloria y fiesta...

Si pudiera sólo un día abrirte el pecho
por tan solo quedarme allí tendida
escrudriñando en los latidos el secreto
de ser tan entera, tan divina...

De tu sangre contagiaría mi espacio
y sería el tiempo en su desgracia
sólo un segundo como aquel ¿recuerdas?
un par de miradas y eras mía...
Eras tú quien competía entonces
pero me llevé yo el premio primero
de tenerte en mi vida colgada
de la pared más blanca de mi alma.

Tiré por tí un muro en mi casa...
la muralla china si hiciera falta...
que no quiero entre nosotras
más distancia que la ropa innecesaria.

Y no precisas de unos versos
para saber cuánto te quiero
ni de ninguna pantomima al uso
que ensuciara, cómo te pienso
al levantarme cada mañana:
¿qué te duele?
¿qué tal dormiste?
¿qué comerás al mediodía?
¿harás el amor esta noche?
¿cuándo volverá a ser una fiesta mi casa?

(Poema para Maravillas Aranda)

Báñame

Guarda mi amor tu lengua, vengo sucia,
me infecta de la calle la insolencia
del bulto informe llamado gente
que la humanidad distorsiona...
¡Salvaguarda, amor, tu pureza!

Prepara un baño bien caliente
con sal del mediterráneo y algas
y en deja que él me sumerja.
Pon esencia de azahar y melisa,
aceite de eucalipto desinfectante...
lava con manzanilla mi pelo
y frota con lija mi espalda...
restriega con jengibre mi boca
y elimina de mis uñas la rabia...

Cuando a través del agua espesa
de nuevo veas refulgir mi alma
sácame de la bañera,
usa tu cuerpo de toalla....
Seca mi piel con tu aliento
peina con tus dedos mis rizos
y con aceite de almendras
unge mis hombros renovados.

Luego saca de nuevo tu lengua
...tienes que darme otro baño...

domingo, 12 de diciembre de 2010

La redención en tu lengua...

Resarce una metáfora la historia
como no imaginara el recorrido
y el diente de león crece de nuevo
en las esquinas que encharcaron
viejas lluvias, aguaceros...

Recupera Némesis un verso
que pasó por alto la reminiscencia
de la grandeza del alma, la sutileza
que no ha de correr piernas abajo...

En el nombre dejado sólo
al libre albedrío elegido...
sin pirómanas batallas
ni argumentos contrapuestos...
encuentro el mío y en ti me redimo.

Sana el amor inmerecido
pone al moho bicarbonato
y tapona la hemorragia
por décadas vertida...
y hermana un alma que perdió su letra.

El amor, a veces... una telaraña

A las siete y cuarto de la mañana, Marcelo Llanos seguía sobre el suelo con la boca hundida en el albero, las manchas en sus pantalones eran una muestra fiel de la incontinencia que le producía su agonía. Se giró con un mortal esfuerzo y sufrió el repentino encuentro con la luz solar… al poco la vio… suspendida sobre las nubes, allí estaba Beatriz, sentada, agitando graciosa su brazo y sonriendo como habituaba.

En un doloroso espasmo se retuerce de nuevo su vientre desahogándole del todo y una placentera tranquilidad le induce un profundo sueño, ligero y corto, muy corto. Despierta. Sobre las nubes ya no ve a Beatriz. Una bandada de migratorias pasa sobre su cabeza dibujando en sombras su itinerario, le parece verla entre ellas, sí, es ella, volando con el resto, le mira y le saluda mientras se aleja en una uve perfecta…

Juan, tan cortés como rígido le invita a pasar a la sala no sin antes sugerirle que elimine de sus zapatos los restos de albero, Marcelo atiende a su petición casi obediente, es un viejo amigo y le conoce, el tono que utilizó fue más severo que una petición de las que normalmente se hacían entre compadres en aquellas tierras… algo pasa, lo intuye.
En la sala, Agustín Justo, de pie junto al reloj le mira distraídamente cuando entra e inclina su cabeza como saludo evitado. En el sofá de madera, cándida y embriagadora, como siempre, la sonrisa de Beatriz le produce una honda quemazón en el vientre… siempre ocurría lo mismo, en su presencia se detenía el tiempo y por más que fueron muchas las veces que pidió su mano a su viejo amigo Agustín, a esas alturas ya sabía que no habría de tenerla más que como aquel escozor tan urgente que detenía el mismísimo girar de la Tierra en su presencia. Ella le mira a los ojos con una desconocida ternura, casi se le antoja melancólica. En el éxtasis que le produce la presencia de Beatriz a sus pesados años de soledad impuesta, le parece escuchar a Juan preguntar si quiere limonada y asiente con la cabeza. Percibe cierta tensión en el ambiente, miradas de Agustín que le aguijonean como tácitas acusaciones ¿será acaso de que se ha percatado de cómo está sintiendo a su hija? Indiscreto, por debajo del faldón de la niña, asoma el filo de una enagua, Marcelo, perdido en la promesa de aquel encaje no se percata de cómo Agustín se dirige enfurecido hacia ella, de un seco tirón rompe la magia. La fuerza del ganadero ha impulsado a Beatriz hacia adelante, tiene que sujetarse a la mesita de mármol para no caer al suelo. Definitivamente el aire es tenso, las miradas vuelven a cruzarse. Juan y la limonada tardan en llegar, las palabras también. Sigue obnubilándolo todo aquella sonrisa de la niña.

Marcelo ya no ve las nubes, ni el sol, ni a los pájaros, ni a Beatriz. El frío recorre tímidamente su frente pero la boca en su costado sigue ardiendo como en el momento en que se abrió, sabe que va a morir en breve, intenta comprender por qué, si al menos valió la pena… eso parece.

La limonada fresca relaja un poco la tensión entre los cuatro de aquella sala y la garganta seca y acalorada de Marcelo agradece el líquido. Agustín ha empezado a decir algunas palabras mientras Marcelo sólo sigue buscando algún rastro de las enaguas, soñándolas… a su edad y de aquella manera enamorado, le hace hasta gracia. Las palabras de Agustín han alcanzado un alto tono y ahora en su ensoñación entre las piernas de Beatriz oye algo acerca de la hombría, de la vergüenza, algo sobre mancillar algo, intenta prestar atención a su compadre que parece realmente enfadado y se acerca a él rápidamente con el brazo en alto. Juan sujeta la extremidad de Agustín y Beatriz grita sin sonrisa. No hay sonrisa. No hay enagua. De nuevo Agustín se le acerca, como la más brava de sus reses, no hay tiempo para el recorte, no hay esquivo posible, junto con el empujón de Agustín algo helado le traspasa como fuego por el costado izquierdo. Beatriz grita ahora más fuerte. Tras la arremetida Marcelo sigue de pie, está junto a la puerta de entrada, como cuando llegó vivo esa mañana, ahora, muerto, ve en los ojos de Agustín un transparentar rojizo, la sangre. Una nueva arremetida del bravo desplaza el cadáver que permanecía de pie hacia el exterior y en este último ataque lo deja caer bruscamente sobre el albero. Marcelo puede oír en la lejanía los gritos de Beatriz, un llanto seco y nervioso, Juan también dice algo a gritos. Al cabo de dos minutos ve pasar a su viejo amigo y ahora verdugo, arrastrando a lo que más amaba de la mano, mientras Beatriz lo mira y suplica, Marcelo nunca vio esas lágrimas, no las hubiera consentido… al viejo Agustín le puede la juventud de su hija y no puede impedir que ésta se suelte de mano. Se acerca a Marcelo, se agacha junto a él y toca su frente, intenta sonreír. Marcelo mira a la niña, ya nada le duele, le ha tocado, ya no duele nada sólo porque por primera vez ha sentido su tacto. Agustín vuelve por ella y la arrastra de nuevo alejándola del cadáver, mientras Juan mira desde la puerta, le observa unos instantes para luego darse la vuelta y entrar de nuevo al caserío.

Está atardeciendo y ya no queda más sangre por derramar, siete horas de agonía parecieron suficientes, Marcelo, acabado, aún no comprende. Agustín con un cuchillo, Beatriz tocando su frente, Juan con la limonada en la mano y aquella arena picándole en la boca… sigue pensando con lo poco que queda. A su izquierda oye el crujir de un cerrojo y tras él la voz de Juan
-Mi querido amigo, cómo hacer para que me perdones, para que comprendas de lo que he hecho, Beatriz es tan bonita, tan bonita… cómo evitarlo entonces cuando se acercó a mi… cómo lo hubieras hecho tú; un desliz imperdonable compadre y estaba dispuesto a confesarlo todo, quería ser responsable pero Agustín da tanto miedo… y Beatriz habló primero de lo del bebé y entonces Agustín dijo tu nombre… todos sabíamos de tu obsesión por ella, pacté entonces con el diablo amigo, el mismo que parió a esta niña que no sólo ha sido tu perdición sino la mía… a ti, al menos, te librará esta injusta muerte… Agustín me casará con ella agradeciendo mi gesto de ofrecerme para custodiar su honra… te lo juro Marcelo, le pondremos tu nombre… lo siento.

Sobre el rojo de la tarde sevillana vuelve a ver a Beatriz en las nubes, de blanco entera va vestida. Sonríe. Sobre el blanco de su vestido, en el costado izquierdo, un hilo de sangre desciende hacia sus tobillos sobre los que asoma una indiscreta enagua. Beatriz desciende lentamente y Marcelo se siente subir al mismo tiempo, suspendido, sobre el porche de la hacienda, toma la mano de la niña que sangra
-Tú no, tú estás perdonada… tocaste mi frente, valió la pena…


viernes, 10 de diciembre de 2010

De tu verdad a mis mentiras, cuatro clavos y una lanza...

¡He de gritar contigo
de esta urgente manera
que tus palabras me obligan
a ser de tu altura pregonera!

Despues de todo lo dicho
de tanto empujón y empeño
me escupes como nadie
a la cara tus verdades...
y en tu cruz quedo clavada
sin piel ni máscara, sin donaire...
que por sacarte de mentiras
las mías encuentro...
arrojadas como lanzas...

¡No debí permitirlo nunca
que de maestra me creyeras
cuando era mi farsa la más rastrera
y ha de ser esta mi penitencia
en tus versos crucificada!

Bébeme pues entera hasta secarme
y devuelve en pago a mi osadía
las palabras relevantes
que hieran y derriben
la peor de mis mentiras...
yo misma.

Y sé por siempre bendita
por las musas ungida
por el amor regalada
por la vida resarcida
y seme de ello el testigo
en tu cruz o en tu pecho...

(Poema para Olivia Reyes)

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La realidad en dos vocablos

De todo lo dicho y escrito
en insolentes fantasías
o en irreverentes verdades
por tratar de deshacer
la historia necia e ingrata
que adormece la vida
y estrangula el aura...

De todo lo tenido y perdido
en acalorados arrebatos
o en fundadas razones
de lo sido y aprendido
de horas olvidas, denostadas
o pirografiadas en el alma
desatada y soberana...

De todo lo penado y expiado
por culpas recurrentes
o inocencias trastocadas
por un no poner límites
a lo que ha de ser ilimitado
por coherencia y por principio
o por voluntad insana...

De todo eso y lo que sobra
solo con una cosa me quedo
que se ha de ser siempre
un te quiero
llano
sincero
verdadero...

Por eso, desde la única verdad que entiendo
sin más minutas ni ornamentos
te dejo mis dos vocablos
la única realidad que tengo
para tu alegría o tu tormento
orgullo, anhelo o desprecio,
haz con ellos lo que quieras
...te quiero...

Nívea sonrisa te entrego

Acudo como siempre
al recuerdo embrujado
de aquel silencio lleno
que saturaba mis oidos
cuando delante de tu mate
como sabio resabido
me contabas con miradas
lo que debí de haber sido.

De la sal que me ofrecías
y el vinagre que te daba
de enemigos a la muerte
a cómplices de carentes...

tú con mi pelo
yo con tu magia
hicimos nuestro mundo
un poquito más bello
y hoy te recuerdo
embrujado como siempre
para ponerme en pie de nuevo.

No pudo la muerte contigo
ni podrán las nubes conmigo
si sirvió de algo lo vivido
fue tu enseñanza aquella
la peor de las batallas
es siempre con uno mismo.

Y regresan tus palabras
como si en la sala estuvieras
"Flaca canta algo bello"
y sabiendo lo que hablabas
te canto con el alma
que sean tus días soles
que alumbren mis estancias
allí donde te encuentres
te llevo donde siempre
y ha de honrarte mi sonrisa
y meterse por tus venas
como aquella tu heroína...

martes, 7 de diciembre de 2010

Dame un beso

Dame un beso silencioso
que acalle de ipso facto
el tropel de mis palabras

Dame un beso actualizado
que borre para siempre
del pasado lo ultrajado

Dame un beso intenso
que dibuje un horizonte
en mi sendero equivocado

Dame un beso tierno
que edifique la existencia
de la miel inconsistente

Dame un beso urgente
que derrote la malicia
de la esperanza destronada

Dame un beso valiente
que se lleve al instante
la cobarde que me enfrenta

Dame un beso sincero
que elimine las mentiras
de la ególatra que habla

Dame un beso acuoso
que derrita las nieves
de mi invierno permanente


O sólo dame un beso...
que me guarde en tu boca para siempre...

No lo devuelvas...

Entre mi esternón y mis costillas,
implacablemente hermoso,
introduces tus dos manos
siempre sucias, siempre lindas...
y sin vergüenza ni pudores
me sacas el corazón del pecho...

Te lo llevas a tu patio
a jugarlo al baloncesto
lo disfrazas, lo apuñalas,
lo restriegas por el suelo,
lo acaricias y lo mimas,
te lo quedas...
te lo olvidas...

Cuando te vas sin la sonrisa
lo introduces de nuevo
lastimado y hecho trizas...

Hace tiempo que procuro
hacerme de armadura alguna
parapeto, blindaje o escudo...
que de ti me sea defensa.
No lo tengo, no lo encuentro
así que desde hoy me rindo
quédatelo para tus juegos
olvídalo en una esquina
pero no me lo devuelvas...
...prefiero no tenerlo
que echarte así de menos...

domingo, 5 de diciembre de 2010

Del Génesis al Olimpo

En napoleónica tarea me embarcas
siendo tú de esto el maestro…
acostar a Minerva y despertar a Venus

para deleite de tu Baco y Eros…


Plegaré tu espacio-tiempo
con una vertical sonrisa
que retuerza al jovenzuelo
de las piernas perseguidas…
Y a tres tiempos mi bolero
en el que yo mando y yo llevo
ha de quebrarte en llanto
que evapores en mi ombligo
y ha de romperte el alma
en éxtasis inmerecido
ese polvo primigenio
del que no hubo testigos…

Será entonces tuya la súplica
y serán mías las rodillas…
cuando exija Venus los suyo:
¡Más fuerte!...
¡Más dentro!...
¡Más duro!...
y sólo sean tus huesos la sombra
de aquella resistencia altiva
como las torres que antes cayeron
porque el huracán las derriba…

…pero tendré piedad contigo…
recordaré a Benedetti y Neruda…
mandaré a Venus al Olimpo…
para sólo quedarme en tus brazos…
con mi amigo poeta… mi poeta amigo.

A no ser que…
masoquista…
un bis me pidieras.

sábado, 4 de diciembre de 2010

De mi tesis objeto...

Decía Tolstoy,
en la voz del castigado,
que divaga el que nada hace
que de no hacer nada divaga...
y yo quisiera no hacer nada
para divagar todo el tiempo.

Si divagar fuera mi empleo...
sobre el aire y sobre el viento,
sobre el hambre y sobre el sexo,
que sobre otras cuestiones divagan
los que de verdad no hacen nada
a millón por pensamiento.

Pero como la vida aprieta...
hay que hacer mucho en poco tiempo
no divago sino vivo
amo, lloro, río, siento...

 Ay... si divagar pudiera
sería mi tesis monográfico
sobre tu voz, sobre tu cuerpo...

Cuándo te hubiera soñado....

Cuándo hubiera soñado alma inquieta
por el vital hastío siempre acallada
encontrar una voz tan clara,
tan dolidamente lejana...
tan ajena y tan ansiada...

Cuándo hubiera soñado tal caricia
de inmerecida saboreada...
mentira que el tiempo atrapa
y certeza hace de ella
por afán del ego humillado.

Cuándo hubiera un te quiero
a destiempo, inesperado...
redimido la historia entera
de quien se supo siempre
por el destino embarrada...

Cuándo te hubiera soñado
entre frutales y cavernas...
que un Abrete Sésamo incendiario
despertara la poeta desterrando
la dueña cobarde de sus letras...

jueves, 2 de diciembre de 2010

Suspiro...

Se escapa un suspiro vespertino
arrebolado en ajeno subterfugio
sin más puertas ni ornamentos
que la cal y la arena
de esa inaudita urgencia.

Secreto ante mi ojos opacos
de luz embarrada por siglos
despliega y desata la angustia
de no ser suficiente
para estar a su altura.

En cruz de caminos perdida
ni a derecha ni a izquierda,
hacia arriba, hacia arriba...

¡Despegados mis pies del suelo
que fuera su boca el freno
de la inquieta musa que desvelo!


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Escribamos



Puestos a soñar soñemos,
en azul o en blanco y negro,
que eres pluma y yo tintero
que es la piel pergamino
y la pelvis argumento.
En este sueño acidulado
se escribiría para la historia
si no la mejor obra
si la más completa...

De prólogo sencillo y escueto
que no precisa obra maestra
más introducción que un buen título
ni más contexto que alguna parte
en la geografía de un secreto.

De trama bien compuesta
con todos sus elementos
algo de intriga por supuesto,
un estilo sin barrocos
y una buena cadencia.

En capítulos fraccionada
contaría la historia simple
de la fiebre y la verdad callada
de dos iguales y gemelos
que en el mismo mar se nadan
sin boya a la que aferrarse
ni más orilla cercana
que el borde vacío de una cama
que no quiere deshabitarse.

De epílogo ligero
tal vez un sorbo
de ese ron borincano
o tal vez un buen trago
del jugo fresco y rosado
que da el fruto del granado.

Puestos a soñar soñemos
que eres pluma y yo tintero
y escribamos en esta hora
si no la mejor obra
al menos la más sincera,
tonta, loca o divertida
que se dió por estos lares
de ilusiones e irrealidades.

CARMEN SORIANO
Todos los derechos reservados

Te compartiré mi tiempo... lo prometo

Mi amor bendito, mi alma, mi luz más verdadera, mi ser más genuino, mientras duermes lloro ante el teclado y me retuerzo dividida, como siempre, entre ser lo que debiera y ser lo que soy simplemente... y es mi escisión la firma que lleva mi letra y el estigma del alma... Y tú que me das tanto, tu soledad callada mientras me vierto, tu incondicional apoyo eterno haga lo que haga, no te mereces esta ausencia que tan dulcemente me lloras. Y sé que me conoces y perdonas, mi desorden, mi arrebato, mi obsesión y mi malicia, sé que al infierno irías a buscarme, ya lo hiciste hace años; pero sé también que te daño y te dueles, de tantas horas perdidas, de tantos paseos no dados... y como siempre, desde tu esquina tan silenciosa y tranquila, sin reproches ni lamentos, son tus azules los chivatos de esa espina que egoísta en el centro del pecho te clavo . ¡Que me parta un rayo o quede ciega! si por idiota y ególatra, faltara a esta promesa que hoy te hago, si no soy sin ti de ninguna manera pues antes de ti no era, no volveré a ausentarme nunca, no hay letra, papel o novela que merezca emborronar el que es, sin duda, el mejor de mis poemas. Haré, de ahora en adelante, de tu calma mi destreza para escapar de mi caótica cabeza, de tus anhelos haré mi meta, de tu esperanza mi proyecto y haré un hogar de nuestra casa. Y no temas vida mía no es renuncia, que no se borra el alma con voluntad alguna, que la necesidad apremia por mucho que se haga muda, seguiré como siempre derramando esta vida tan vivida, pero poco a poco y con mesura, con más orden y concierto, distribuiré mejor mi tiempo para no faltarte ni faltarme y dejaré de ser cobarde y saldré de entre papeles para ir a la calle contigo, de tu mano como siempre lo has querido. Si tu quieres que yo escriba, yo deseo que tú vivas la plenitud que mereces, de esta promesa llegará la manera de tener cada uno lo que añora y ser desde ahora ese par que se cuenta uno, uno escribe y otro pinta, ambos viviendo aquel sueño que compramos hace tiempo...

El último informe

Dí qué es lo que me reclamabas
mi querido ignorante del alma
si por más que te lo digo
pareces no enterarte..
de cuánto te quiero y estimo
y no te das por aludido
cuanto te digo que eres agua
y sin el agua yo no vivo...

Di qué es lo que precisas
para ser el consciente objetivo
de todo cuanto digo y escribo,
del sudor que quema mi pecho,
de las cerezas que se derraman
en la noche del desierto solitario...
y es que no me crees o no te crees
pero aún así me reclamas...

Quedas con esto informado
no lo diré más veces, duele,
que te quiero y necesito tanto...
el por qué, el cómo y hasta cuando
los mandé al infierno hace rato
para que ardan con mi culpa
si es que existe...

martes, 30 de noviembre de 2010

Trastorno Tripolar

De esta locura que sufro,
desde que estás en mi vida
ya me dieron el diagnóstico,
Trastorno tripolar se llama
y sufro descompensaciones
varias veces al día…

En la fase eufórica: te amo,
como sabes que nunca hice,
se me antojan mares tus ojos,
se disuelve en tu sonrisa
la oscuridad que me define,
Se instala la paz en mi casa
y se vuelve el aire ligero.
En tu café de la mañana me recreo
con tus locuras me divierto,
de tu compañía me enorgullezco
de tu grandeza y de tu persona.
En esta fase entregaría…
desde la sangre hasta la vida…

En la fase depresiva: Te odio,
olvidando si te amé hace un rato,
me enrabio si no me miras
mis ojos encendidos te fulminan
y mi boca enlodada te blasfema,
por un pelo en el lavabo
por robarme un cigarrillo,
por un beso rechazado o
por un “ahora no tengo tiempo”.
Te reclamo el mando de la tele
o te cambio la sintonía de la radio,
En esta fase te arrancaría…
desde la sangre hasta la vida.

En la fase de manía: te deseo,
Olvido si te odio o si te amo
sólo quiero tener tu cuerpo,
no sé de horarios ni deberes
sólo de un ardor intenso
que me duele en la barriga,
no sé quién eres ni tu nombre
es tu piel morena y tu contorno
lo único que conozco y quiero,
hacerme de ti dueña y jinete,
ser tu esclava y tu muñeca.
En esta fase quemaría
desde la sangre hasta la vida.

Así que tenme paciencia amor mío,
nada de esto es culpa mía,
que si es el amor locura
tú me tienes, cariño,
muy, pero que muy enferma.

…y no hay cura ni medicamento
para este trastorno que padezco,
dicen que a lo mejor el tiempo...

Sólo por hoy te pienso


Ha sido la casualidad la que me trajo tu nombre esta mañana, debería encontrar sin demasiada dificultad las palabras para expresarte que ocurrió en mi interior, supongo que lo difícil será en todo caso analizar qué es lo que ha ocurrido pues de inaudito me sorprende, con cierta alegría no voy a negártelo.

Ha sido una década pensando en ti, pero no te frotes las manos, querido, no confundas lo que digo, no te he pensando ni una sola vez, hasta hoy que lo hago con un leve sonrisa en mi rostro. Ha sido al pensarme a mí, cuando inevitablemente acudía tu recuerdo como acude la sombra al nogal de mi patio cuando cae la tarde; en diez años no pronuncié tu nombre ni siquiera en la soledad de mi noche insomne, ni sobre el hombro de mi amado cuando sobre él tenía que echarme. Te lo dije y he cumplido, como si no hubieras existido nunca, y así ha sido. Recompuse mis pedazos desde dentro y sin memoria te lo garantizo, contigo en mi recuerdo no habría podido.

Y ante todo te aviso, no es esto un reproche, habrías de importarme para que lo fuera, es sólo el último broche que cierra tu historia y la mía, que no debieron converger nunca pero lo hicieron por capricho del destino o por prueba que me debía; como te digo ha sido la casualidad esta mañana, alguien muy querido dijo tu nombre, preguntó por ti ¿qué fue de tu ex marido? yo respondí si escucharme “No lo sé”, hasta ahí llegó tu protagonismo; y ahora que retrocedo y lo analizo, es cuando me doy cuenta de todo lo que he dicho, “no lo sé” porque no me importó en absoluto desde aquel día, porque no me interesó saberlo, incluso ahora que te escribo no sé si quiera si cumpliste tu destino y eres un anónimo cadáver hallado en alguna olvidada cuneta, o si por el contrario encontraste lo que necesitabas y por fin eres un hombre ahora que rozas los cincuenta. De cualquier manera no me importa, no más que dedicarte estas letras que mereces, pues aunque fantasma desterrado aún te debo tanto que no me parece justo que no lo sepas.

Que no te amaba lo sabías, pero también sabías de cómo quería hacerlo y que siempre te fui sincera, de todos mi amantes eras el mejor sin duda, como amigo fuiste siempre divertido, como esposo un desastre y como hombre inexistente. Perdí tantos años intentando acompañarte en aquel camino tuyo sin rumbo ni destino, que terminé perdida más que tú en aquella casa nuestra que encerraba tanta inquina y tanto duelo… encontré mi sitio en cuanto salí por la puerta te lo aseguro.

Y aunque nunca te dije del daño que me hiciste, sé que mis ángeles lo hicieron, eres consciente de cómo me gastaste y como se rompió lo que había dentro. Reconozco mi prepotencia de aquellos años tan jóvenes e inexpertos, de creerme suficiente para iluminar tus estancias internas… que absurda era, pero me sacabas tantos años y tanto recorrido, que donde no pude yo poner luz pusiste de tu sombra la presencia, una lección vital fue aquello.

Pero como te digo te debo, gracias a ti sé ahora de la resistencia de mi alma, de su grandeza, esa que siempre envidiaste y que por eso dañabas, y lo hacías bien. Me pienso ahora y te veo como siempre, emérito maestro de correrías entre sábanas, homicida de mi inocencia sin años de entonces, hereje del cariño que tanto nombrabas y que debía retorcerse en el platónico mundo, caricatura de gran hombre… de alguna manera tú me hiciste, eso que te debo, fue por ti por quien dibujé mis límites; ahora desde ellos me cuido y me funciona, nunca más permití un insulto, nunca consentí un golpe, nunca nadie me tocó sin permiso, nunca nadie volvió a quemar mis letras, no he vuelto a llorar así después ni a mirarme las venas de aquella manera…

Y como te decía al principio, me sorprende lo que he sentido al traerte de nuevo a mi conciencia, no es dolor de aquel que había, no es rabia, ni rencor, no es nostalgia…  es una leve pena, una ligera tristeza por tu alma aquella que siempre intuí que escondías debajo de aquella máscara, pena, sí, porque aun creo que no pude estar tan equivocada contigo… y aunque sé que estás maldito, no por mí, nunca lo hice lo sabes, nunca te maldije, quisiera pensar que tu alma se salvó de alguna manera de aquellos instintos tuyos, o que tal vez el tiempo templó tus maneras, o que alguna joven bella, de esas que te gustaban, haya sabido encontrarla e iluminarla. Así que ya ves, después de tantos años y tanta lluvia, mi primer pensamiento contigo ha sido lástima y me sorprende… pero también me alivia, y desde la presente te digo, quedas absuelto desde hoy, lee esto y vuelvo a tu lugar inexistente en mi memoria.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Hasta que escrito vuelvas...

Inmersa en la tarea de averiguar lo que era mio
sin más tiempo que el robado a la ausencia
de las horas que me debo, desatendidas...
sin más motivo que la rutina de reescribirme
descubro, por indescifrable capricho,
lo que era tuyo, mar que parece infinito,
manantial inagotable de lo escrito y de lo dicho
sentencias de la fertilidad que añoro
magia de la que ya no queda...
funambulismo de las palabras
de la lengua quejosa que sin ti se vivía
atragantada en mi garganta...


Y apenas lo encuentro se me antoja,
de bello verdadero, hacer que me pertenezca
por instinto de mi ego agotado
de tanta carencia de buena letra,
de tanta soledad sudada en partos,
bastardos que mueren sin ser hijos
y se desvanencen en el camino 
como la entelequia que eran...

Y no entiende la ontología de sueños
ni la verdad la disfraza un poema
que antes de apropiarme de lo tuyo,
como la vampira que era,
me encontré con lo nuestro...
insoportable sinergia de fértiles quimeras
de océanos y dunas de arena blanca,
de brújulas y goletas sin calafate,
de miedos sublimados y caricias
suspiros que ni el viento alerta...
promesas de fragante rosa,
que ni en Jericó ni en el desierto,
habría de deshojarse en esta hora
que se duele de tu ausencia no avenida.

No rodará el agua mi rostro
ni romperán la piel los nudillos
será en la pasta y en la hoja
donde deposite la tristeza, 
junto a la esperanza aureada
que acompañase tu esfuerzo
por decirte y regalarte
que es para lo que has sido.

(Poema para Vespasiano)