viernes, 19 de noviembre de 2010

Carta a un recuerdo (cualquier parecido con la realidad es puramente intencionado... o no)

Querido recuerdo:
                Puse tanto empeño en olvidarte que hasta me olvidé de hacerlo y me has acompañado tantos años por los avatares de tantos rumbos inciertos que es como si nunca te hubieras ido, por más que nunca estuviste. Siempre fuiste una pregunta sin respuesta, una espina clavada que ni con aceite salía, un interrogante abierto ¿Qué pasó? planteándolo mejor... ¿Por qué no pasó?
                Recuerdo aún vivamente tu atractiva oratoria, tu lógica aplastante y aquella forma tuya de poseer las letras que me hacían admirarte entre delirios de amor de juventud y tardes de biblioteca impuesta. Y como fue siempre mi fantasía extrema me imaginaba yo tu musa y de ti hacía mi motivo… así fue como viví aquellos días, ensoñando menesteres que no eran, creyendo imposibles de unión de cuerpos y letras; pero nunca fueron ciertos, y yo, como buena ingenua, te buscaba en edredones ajenos, antesala a mis pecados, mientras observabas impasible como me iba abriendo la puerta hacia el infierno. Pero era aquella resaca tan intensa y adictiva que fue tu negativa, por única en mi vida, la sobredosis definitiva, el golpe maestro, allí se enganchó mi alma por siempre…se quedó la posibilidad en utopía. Y ha llovido tanto y tan fuerte desde entonces, que apenas quedó rastro del origen, pero si el interrogante como siempre ¿Cómo hubiera sido?
               Y hoy, desde el otro lado de la vida, ese que no deja espacio a tales sueños y que serena las hormonas con facturas varias y ocupaciones de todo tipo, de casualidad me encuentro contigo y me niegas como Pedro tres veces… y entonces me sonrío y me respondo, por fin obtengo la respuesta, que yo sí era musa... pero no eras tú poeta. No pudo el ego inseguro enfrentarse a la musa que le reclamaba como hembra...
                Con la presente me despido por fin sacando aquella espina, si siempre te quise y eso es cierto, hoy te quiero porque no fuiste e incluso te lo agradezco. Sé bendito por siempre, bien querido y bien escrito.
                                                                                                             Con amor ya procesado se depide:                                                                                                                                     YO

No hay comentarios:

Publicar un comentario