miércoles, 17 de noviembre de 2010

El creador de espejos




Harta de mirarse en cuantos espejos había a su alrededor, harta de sentirse decepcionada cada vez que un espejo le devolvía su imagen distorsionada y extraña, Miranda se marchó una mañana de casa, muy temprano, mientras todos dormían, en busca del creador de espejos para presentarle su queja y reclamarle que realizara un espejo adecuado para ella. Después de no pocos esfuerzos y algún que otro contratiempo lo encontró.
Es usted el creador de espejos? Le preguntó decidida  a aquel viejo que tenía delante.
Así podría decirse, pues soy quien fabrica todos los espejos de este lugar. Respondió el viejo imperturbable.
Pues quería decirle que sus espejos son defectuosos y nunca reflejan la realidad. Se quejó Miranda con firmeza.
Dígame señora...¿que reflejan los espejos que fabrico?. Preguntó el viejo con aire desinteresado.
Pues no lo sé, pero le aseguro que cuando me miro en ellos no me veo... Respondió Miranda con cierta melancolía en la voz.
Comprendo... será pues que mis espejos están mal... y exactamente ¿qué ve cuando se mira en ellos? Pregunto el viejo mostrando algo más de interés.
Pues... a veces veo a una mujer que parece muy decidida, y esa no soy yo. Otras veces veo a una mujer muy tímida, y esa no soy yo, otras una mujer bella y otras una mujer horrible, pero tampoco soy yo... sus espejos están defectuosos y quiero que fabrique uno en el que pueda verme reflejada de verdad Exigió Miranda.
Umm... ahora comprendo cual es el problema de mis espejos, tiene razón, mis espejos solo le muestran una imagen y claro, usted no es eso... pero... permítame que le diga que el problema no está en mis creaciones, el problema está en usted, está mirando en el lugar equivocado... Dijo el viejo entonando la voz con dulzura y dureza al mismo tiempo.
¿El lugar equivocado? ¿dónde pues debo mirar para ver mi reflejo? Preguntó Miranda entre la perplejidad y la ira.
Vuelva a casa señora... seguro que allí encontrará el reflejo adecuado... por mi parte me comprometo a fabricar para usted un espejo perfecto, será el más perfecto que haya creado, se lo enviaré a casa en cuanto esté listo...
         A regañadientes y farfullando Miranda emprendió el camino de vuelta, estaba disgustada pero al menos había obtenido la promesa de un conseguir un buen espejo.
        Tras varias semanas de ausencia llegó por fin a su hogar, inmediatamente se vio envuelta en los brazos de su esposo que había pasado días y noches buscándola sin descanso, le miró a los ojos y vió lagrimas en ellos, pero fijándose más detenidamente vio algo mas. A través de las lágrimas, las pupilas de su esposo reflejaban la imagen de una mujer amada y respetada, alguien digno de amor, podía verla nítidamente y le pareció reconocerse en aquella imagen.
      Acto seguido sus dos hijos también corrieron a abrazarla con lagrimas en los ojos, entonces Miranda observó de nuevo y vio una imagen reflejada en las pupilas de sus pequeños, era un mujer fuerte, firme y cariñosa a la vez, alguien digno de confianza y le pareció reconocerse en aquella imagen.
     Tras los pequeños se acercó la abuela, su madre, que con lágrimas en los ojos la reprendía por su ausencia, entonces observó en sus pupilas humedecidas por las lágrimas y vio la imagen de una mujer delicada y frágil, alguien digno de ser cuidado y protegido y le pareció reconocerse en aquella imagen.
      Pasaron varios días de celebraciones por la vuelta a casa de Miranda, días en los que ella no dejó de contemplarse en los ojos de cuantos la rodeaban, amigos, vecinos, incluso en los ojos de aquella vieja arpía que siempre la había odiado tanto... En uno de esos días el cartero trajo un paquete, el remite indicaba que era enviado por el creador de espejos, junto con el paquete el cartero entregó a Miranda una nota que decía de aquella manera:
" Aquí tenéis señora lo prometido, mi obra mas perfecta, ningún otro espejo refleja con mas fidelidad la realidad, espero que os sintáis complacida con él, pero más sinceramente espero que no lo necesitéis"
     Efectivamente aquel paquete nunca salió de su envoltorio y se perdió en el olvido del fondo de un armario.

     A VECES PERDEMOS EL TIEMPO BUSCANDO UNA RESPUESTA PARA QUIENES SOMOS Y OLVIDAMOS QUE SOLO EN LOS OJOS DE LOS DEMAS PODEMOS ENCONTRAR ESA RESPUESTA, POR ESO ¡NO DEJES DE MIRAR A LOS OJOS CUANDO TENGAS A OTRO SER HUMANO DELANTE, TE ESTARÁ DEVOLVIENDO TU IMAGEN, TE ESTARÁ MOSTRANDO QUIEN ERES!


CARMEN SORIANO
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