miércoles, 17 de noviembre de 2010

Vengo en son de paz cuerpo



Desde las manos al cuello, elástico.
Desde los pies a la espalda, recio.
Desde el ombligo hasta dentro, lleno.
Hoy haré las paces contigo cuerpo
que en nuestro juego maniqueo
ambos quedamos en tablas
y ambos salimos heridos...
Es que tus quejas me duelen a veces
y a ti te duele mi olvido
ingrata soy...
contigo...
si...
conmigo...
pero soy ancha y tú lo sabes
y liviana y me encarcelas
por eso me enfado a veces
y no eres tú mi castigo
que volar también quisieras;
tu levedad de antaño recuerdo
tu gracias, tus maneras, ritmo atropellado,
infatigable cómplice de Eros.
Son tus gritos pero no tu culpa,
hoy vengo en son de paz contigo
si eres tú quien me acerca las caricias
son tus dedos con los que escribo,
son tus labios los que besan,
tus ojos con los que miro...
Perdona mi resistencia,
perdona cuando maldigo,
perdona cuando te ignoro;
y si el otoño de ti me aleja
prometo desde este instante
construirte un verano eterno...
que somos uno, indisolubles
yo Quijote y tú mi Sancho.

CARMEN SORIANO
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