domingo, 27 de febrero de 2011

Cuando mueren las ballenas




Del otro lado del doble
queda la búsqueda inoportuna
que allí donde todo clareaba
allí, sobre mis nalgas,
iniciaron una tarde tus gafas
Ahora, gastada la piel no llora
lijan las manos oxidadas escamas
claudicado titanio bajo la sal del agua.
Como miembro fantasma que escuece
en mi espalda apostado te encuentro
mientras mi alma anclada al sueño te mira
delirando el suicidio de las ballenas
que trajiste aquella tarde a mi casa
cuando aún esperabas
del paso siguiente ser pregonero
y los dos, temblando,
sellamos con abrazos culpables
tú, por tus solos conflictos
yo, por no haberlo hecho antes…
arrepentimientos omisiones
que hasta aquí nos llevaron
y entre ballenas muertas y sarro
yo mudo la piel, descamo
mientras la tuya… el olvido curte…

CARMEN SORIANO
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4 comentarios:

  1. Mudar la piel quisera, mas sólo en un intercambio de amor...nunca dejarla tiesa y seca por el olvido...escalofrios dejas en mi piel al leerte Genio.

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  2. Llega el amor a la vida entre recuerdos de ballenas muertas y cambia el paisaje... y son delfines lo que veo surcando el mar azul que dejas en mi...

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  3. Carmen, así parece ser, y tu magnífico poema señala una llaga horrible... ¿ya nadie sabe amar, Carmen? ¿a nadie ya le importa en este mundo fugaz, lleno de psicólogos y aprendices de psicólogo dañados, que juran que el amor dura 2 o 3 años? y las ballenas, como un símbolo, y al final, muertas, porque al amor no le alcanzó el activismo... ¡carajo, Carmen, qué buen poema!
    (soy Cristián, el más anónimo de todos)

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  4. Cristián que soy profana de todo, hasta de mi misma, te diré creo que eso que dura tan poco es el enamoramiento, la parte más jugosa y precaria al mismo tiempo, creo yo desde mi ignorancia que el amor es un trabajo que vence al tiempo si está bien hecho... gracias!!! besos.

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