martes, 1 de mayo de 2012

Un manifiesto para la eternidad...


UN MINUTO DESPUÉS O UNO ANTES…/ Poesía de José Ignacio Restrepo
AL LLEGAR…



Llega la luz inútil de algún sitio,
el brillo de un bombillo avejentado
cuyo corto resplandor en nada alumbra
este pasillo angosto donde me hallo,
en solitario enfado y errabundo,
por el tiempo perdido en el apuro
y el descanso sin nada de futuro,
mirando otra vez al fondo el patio
o el final de la cuadra desde arriba,
donde el bello mirador es la salida
para el tiempo perdido del estudio.

Tu como yo seguro has preguntado
a nadie especial sino hacia adentro,
para qué tanto frío despertar
tanta prisa corriendo al madrugar,
obedeciendo la voz autoritaria
de papá que dice que me apure,
que pronto llegara el bus a llevarme
al lugar que llamábamos colegio,
allí donde se esmera en preparar
aquel maestro de pavor perdido,
que pretendió explicarme la verdad,
lo que él llamó ante mi revelación,
lógica, matemática, ciencia, religión,
y ahora cuando viejo puedo ver
que era torpe yo, también mi padre,
obsesamente torpe mi maestro,
y el sistema obviamente,
por supuesto...

Y añado sin afugias algo más,
fuimos todos ladrillos de cristal,
ornamentos para dar sentido a algo,
que no estaba probado ni negado,
el sistema precisaba jugadores
y allí llegamos todos a jugar,
aquel que sabe más debe ganar
y tendrá en recompensa bellas cosas
su valor y el de ellas probarán,
que ganó la carrera sobre todos…

Ahora ya sabemos la verdad,
que las cosas no son tan necesarias
ni constituyen en si mismas premio alguno,
y que saber no te confiere la verdad
pues todo es según dónde se mire,
mi saber ha de ser un bien real
si algún otro lo debe algo apreciar
para ir hacia adelante todos juntos
haciendo del futuro nuestro hogar.

JOSE IGNACIO RESTREPO ARBELAEZ
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