jueves, 20 de agosto de 2015

TRAS EL PARAPETO DE LA POESÍA



Tengo tan llena de sangre la poesía
tan llena de culpa la conciencia
que los versos se me manchan
y el pensamiento se me escapa
a lugares de silencio asceta
donde no llegan los jirones
de la piel quemada de los niños
ni roza el hambre y la miseria
la curva esencial de la armonía

De pura inexistencia lleno los minutos
para huir de la tóxica noticia
de la rutina del odio repartiendo muerte
del cansancio cobarde
de no poder arrancarme los ojos
Cuando regreso del silencio maniqueo
lloro a gritos llenos de hipocresía
porque un lamento
nunca ha salvado una vida
y yo escribo y escribo
bajo el cálido techo que me cobija
con el plato lleno y el cigarrillo
con el café y un puñado de pereza
en ese tiempo que no soy esclava
en un lugar en que nadie me obliga
a salvo del horror que cuento luego
tan solo porque me revuelva las tripas
No hago nada
sólo escribo me lamento maldigo
mientras son otros los que mueren
para que yo mantenga mi sitio
ponen sangre para que yo ponga gasolina
las manos de sus niños ponen
para que yo me ponga mi vestido
y la rebeldía que a mí me falta
la ponen ellos para sobrevivir cada día
y yo que he perdido el derecho a llorar
el derecho a quejarme de lo que vivo
me siento tarde a tarde a contar
de esta inmensa cobardía
porque alguna vez me creí ese cuento
de que la espada con la pluma no podía
así que mientras blando al aire inofensivos versos
corta el cuchillo y arrasa el fuego
mata el agua y el medicamento
y gana la perfidia y la maldad
porque mientras yo escribo
las calles sin mis piedras

están vacías…

Carmen Soriano López

sábado, 15 de agosto de 2015

IN-PRESIÓN


La pugna brutal entre la raíz de los árboles y el puesto de tacos, la batalla a muerte entre el peatón y el pesero y la lucha por lograr un aire que no haya sido previamente respirado... Aquí se libra una guerra que el Generalife desconoce y mis ojos buscan el pendón con los colores acertados. Tanta vida condensada me empieza a oler a muerte y se me muere el azahar y se me muere el olivo de mi patio. Nunca estuve tan sola ni jamás entre tanta gente.

Hace años que no veo las estrellas bajo este cielo nocturno preñado de luz y monte carbonizado y el agua aquí sólo tiene una dirección y siempre es, furiosamente, hacia abajo. Cómo evitar la erosión de la forma con tanta tormenta de fondo. No oigo la fuente ni la broma dominical del viejo campanario acaso, a veces, la furia de un claxon me saca de este asombro. Hay pendejos neuróticos en todos lados, no estoy tan lejos entonces ni quizás este lugar es tan extraño...

miércoles, 12 de agosto de 2015

ENÉSIMA DIALÉCTICA DESESPERADA



A veces pasa inadvertida
esa dualidad que nos concierne
otras en cambio duele
en cada cartílago de la conciencia

Somos vasijas de barro
con aspiraciones demasiado eternas
y no nos cabe tanto
y todo lo "tanto" no nos llena
y una mano está pescando
mientras la otra persigue estrellas...
Aceptar lo uno y su contrario
como el río de Heráclito
intentar permanecer siempre cambiando
o hacer del cambio la permanencia
sin dejar de ser Golem
aspirar a lo más alto
o rozar la perfección primera
sin sufrir el jodido desarraigo
que te arranca de raíz
de lo único en verdad sagrado

A veces pasa inadvertida
esa dualidad que me concierne
otras en cambio me duele
en cada cartílago de la conciencia

Hoy se me desborda el infinito
por las comisuras de mis sueños
y más allá de mí
apenas atisbo un dolor parecido
a esa angustia por salirse de si
llevando en la mano un rosario de olvidos
y el tiempo no cura nada
porque él es la enfermedad
él es la única causa
de esta nostalgia maldita
corriendo una carrera en desventaja
para no llegar jamás a ningún sitio
sola
porque no me cabe otra eternidad
cansada
porque la finitud es agotadora
rendida
porque a mi futuro le faltan horas
triste
porque a mi pasado siempre le sobran

A veces pasa inadvertida
esa dualidad que te concierne
otras en cambio duele
duele...

Carmen Soriano López

sábado, 8 de agosto de 2015

IMPOSICIÓN



Escucho con paciencia cada verbo
como si algo en él me perteneciera
al igual que gasto porciones de tiempo
como si en verdad vivir
fuera igual que descontar momentos
No lo es
no nos engañemos
la inercia nada tiene que ver
con la verdad oculta en la supervivencia
ni huir es participar en ninguna carrera
ni se puede ultrajar la verdad
con sonrisas de hechura perfecta
ni libretos de evasivas ausentes
ni intentos majaderos de velar un ahora
que ha podido con nosotros
y ha matado cada uno de nuestros sueños

Había puesto un verso frente al sol
como si fuera un dedo arrogante
y tanta euforia parecía ocultar
la hemorragia de verdad que me desangraba
una vez más arrojarme temeraria
en un abismo de mentiras
y una vez menos darme esa oportunidad
de rozar por el lado opuesto la desidia
de vivir por un instante la levedad
de una esencia que no se inclina
de un amor que se da pero no se humilla
de una afirmación eficaz
de todo cuanto se es tras la mentira

Pero por esta vez
se descorrieron solas las cortinas
y nada puede ocultar el moho en la pared
no hay alfombra que cubra la basura
ni viento que se lleve la palabra dicha
Esta vez no existe un adelante
y el atrás lo protege otro conjuro
Esta vez la lucha es contra igual
a muerte o parto nuevo
Esta vez no hay elección posible
ni duda en la que abastecer el miedo
esta vez toca desnudarse ante el misterio
para entender este intrincado laberinto
en lugar de insistir en escapar de él...

Carmen Soriano López


miércoles, 5 de agosto de 2015

UN INSTANTE DE LUZ



De repente
un instante de luz detenida
una claridad perturbadora
y sola llega una conclusión última:
entre el tiempo y la esperanza
no hay proporción ni simetría

La esperanza sigue en esta hora
cuando el tiempo ha detenido su promesa
congelando el aroma del tomillo
borrando el rumbo de las migratorias
todo está quieto
como una irónica postal
de la zona más turística de la historia
el silencio ocupa el lugar del tráfico vespertino
los fugitivos han desechado su prisa
y entre los coches las estatuas no son de sal
no hay nada que vender ni que comprar
y el hambre de los niños del semáforo
ha estacionado su crueldad en este vacío
nada ocurre porque nada ocurrirá
el tiempo ha desaparecido
como la heredad de los alejandrinos

Respiro
o suspiro no lo sé
y el aire halla un acomodo amable
entre el alquitrán con que a diario me suicido
escucho mi corazón de manifiesto
con toda la rotundidad con que golpea la vida
la sangre como Siroco embravecido
calienta el total de mis mejillas
y ese antiguo dolor de la última batalla
también lo siento quemando los huesos cual castigo
por no querer mantener mis rodillas dobladas...
aquí dentro todo continúa a su ritmo
la piel sigue exigiendo su untura de saliva
sigue albineando mi cabello
y los recuerdos siguen dulcemente sometidos
por el conjuro del dragón disfrazado de felino

Sólo la esperanza puede ser motor de este espejismo
de esta inmediatez con que me siento viva
a pesar de esta quietud aterradora
de un tiempo desaparecido
ya debió ser el ocaso
si no fuera por este delirio
pero ahí sigue el sol con el último hidrógeno consumido
en el cielo las aves siguen suspendidas
las hojas duermen en el suelo
sin algo de viento que las despierte
Me doy la vuelta mi hogar está al regreso
corro
a esconderme entre los cuarzos de esta magia
subo las escalera como si mis pies fueran nuevos
y allí me encuentro
sobre mi cama
con todo el horror de saber que esto no es sueño
mis ojos miran a un punto sin coordenadas en el techo
mi boca abierta
no me muevo
hierática y extraviada en esta ausencia de tiempo
sin futuro al que dirigir una plegaria
y el latido congelado en el último segundo
tengo una mano sobre el rostro
como intentando atrapar la vida
o apartar de la frente un cabello molesto

Me siento en el suelo frente a mí misma
y dejo que el horror se vuelva asombro
y el asombro se vuelva pista
...tal vez ya he muerto...
y esta esperanza que no dejo de sentir
mantiene así mi alma retenida
en un tiempo al que ya no pertenezco
sí 
tal vez ya he muerto
pero si es así dónde está la jodida luz
o dónde la escalera que baja al infierno
dónde está la puerta para salir
o dónde el portador para quedarme dentro...

De repente
un instante de luz en movimiento
una claridad perturbadora
y sola llega una conclusión última:
entre el tiempo y la esperanza 
no hay proporción ni simetría
siento el calor y me miro de nuevo
me acerco a mi boca y me doy un beso
ahora lo sé ahora lo entiendo
desde siempre tuve más esperanza que tiempo
sonreímos al unísono las dos pues lo sabemos
la esperanza es ilusión y la ilusión
no la mide un segundero...

Un instante de luz
una claridad perturbadora...

Carmen Soriano López