Qué absurdo y qué bueno al mismo tiempo
poder sentir todo esto, temores, calores
presencias invertidas y acallados ardores
y qué podría hacer con todo ello,
dónde guardarlo o a quién darlo como regalo,
quizás como sacrificio al destino ofrecido
o sólo como causado motivo de unos versos
pudiera entonces sin más dejar que fuera,
pero…
ya me conoces, sabes bien cómo me hicieron
por eso… cierro los ojos y abro mi cuerpo…
despego sin motor evidente, alzo el vuelo,
aterrizo de pleno en tu ombligo
y le canto una canción ya conocida,
hago con mis piernas un cepo estrecho
alrededor de tu cuello para que así respires
otro aire, el que con mi sudor renuevo,
sólo para que mi sabor bien destile
y así como yo hago desees tomarte
la esencia de lo que sola me hace…
Hago confluir caminos adversos
como si fuera mi centro Roma
a la que todos llegan, en este caso
bastante lesos, morados que atestiguan
que si cierro los ojos te miran mis uñas
y si abro la boca aparecen ellos…
por eso, amor, disculpa se te agravio
si te lesiono o simplemente te gasto
es que así como me dueles me lo cobro
cuando de este modo en ti me sueño
y con los ojos cerrados… te devoro.
CARMEN SORIANO
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