De los caminos del fuego
traigo aún las cicatrices...
pero cómo combartir entonces
este frío que me embiste...
Mañana lamentaré no haberme ido
no correr a tiempo para salvarte...
pero no sé de otra forma serme
siempre respirando aire enfebrecido...
Le puede la piel al común sentido
y es la tuya entelequia de la mía
por semejante y parecida...
Escapa tú que puedes sin heridas...
que aún queda tiempo para rendirnos...
o acaso, quédate en la cama conmigo...
¿Que creías era un soneto?
¿Que era un aviso serio?
¿Acaso no leíste el título?
¡Ven!
¡Acercate!
No soy de avisos ni tú de huídas...
No eres de miedos ni yo de escondidas...
¿Qué diablos esperas?
¡Ven!...
¡Bésame!...
¡Tócame!...
¡Cómeme!...
¡Rómpeme!...
¡Recorre mis ígneos caminos!
¡Fúndete en mis caprichos!
¿No era esto lo que querías?
¿Saber de lo inaudito la esencia?
...ven entonces y nada en lava...
Pero mañana...
cuando de la almohada retires
los jirones de tu piel quemada
no olvides que te hice un soneto
en el que de verdad te amaba... y advertía...