I.-La contemplación
Sentarse en la mesa de otro
porque la tuya la robó el vecino
un café aguado para engañar a los sentidos
y morirse allí, ahogada
mientras el paño limpia solo
el polvo que vino a quedarse
con aires señoriales de otros cotos
y la cuna puede ser de nuevo la causante
o el último acto reprobable
ese vicio incansable
de buscarse en cualquier lado
cuando en cualquier lado ya no hay nadie.
II.-La mentira
No fueron cien años de guerra
ni los muertos eran lagartos
la luna siempre estuvo tuerta
y los Pitufos fornicaban en orgías
la porquería no era la de las uñas
se rompió el cántaro por ir vacío
y a la fuente no le importó nada
nosotros dibujamos con las manos
el tú y yo en el que nunca existimos
La hora la robó un reloj en Londres
y el mañana nunca tuvo pantalones…
III.-El convento
Saben las ansias de la muerte prematura
allí donde el miedo y la desidia se asientan
desertizando vergeles y matando a Minerva
de ávidos perros oyendo tras las puertas
como chocan con el suelo al caer las cometas
del macho que perdió su rabo y compañía
de la ultima baba del Capitán Garfio
y del bocado de hígado de bacalao
que nada sanó y fue tomado con acato
a la santa orden del maldito calendario…
IV.- El hechizo
Saberse en unos ojos bendita
o en la meninge disconforme
que procura la luz infinita
del sueño del día libertado
carente de aterrizaje forzado
ni turbulencias en el triángulo
la serena despedida en el saludo
y el agua incorrupta de la vida
la sal como regalo y premio
de la hora consentida del silencio…
el amor como sagrario
y tú, verdad exquisita…
Carmen Soriano Lopez
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Es un poemazo, me gusta mucho, poeta. Elvira Vicente
ResponderEliminarGracia Elvira, que fuera así con todos sería mi mayor deseo, un abrazo y bienvenida a mi continente de sueños.
ResponderEliminarImaginación sin limites...La contemplación, la mentira, el convento y el hechizo... Besos, un millón por lo menos.
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