jueves, 13 de octubre de 2011

No ven miradas



¡Miradla decían!
Además de bella
le asiste la inteligencia
¡Mirad sus ojos como cantan!
¡Mirad sus labios como bailan!
todos la admiraban
leían fábulas en sus caderas
y hacían sortilegios en su espalda
pintaban sueños en su frente
y en su vientre
sus angustias felices vaciaban…
Nadie podía ver su herida
porque hasta su sangre brillaba
la mujer más vieja del mundo
se moría mientras la alababan
de hastío y cansancio negro
de soledad enmarañada
ciega a la sorpresa
porque nada te sorprende
cuando de todo vienes de vuelta
muda ante la belleza
porque como Cleopatra
había bañado su piel en aquel agua blanca…
sorda para los trinos
por el desencanto antiguo de saber
que las palabras son sólo palabras.
Nadie vio nunca como se desangraba
la mujer más vieja del mundo
la que todo preveía
la que nunca se enamoraba
la maldita Sibila endiosada
sin salirse de sí misma
desde su trópico engañaba
besos de tul y piel de azúcar de caña
porque siempre es fácil iniciar la danza
cuando conoces cada son que te cantan
tragedia que solo el saber conlleva…
Mientras sin ver todos miraban
recibió el golpe mortal
de la mano del único
del primero y el último
otro viejo de alma
con el don de ver
y del entender la falta…
caída consentida bien amada
qué vileza ver el golpe y no evitarlo
pero es que ella era un alma mercenaria
por primera vez enamorada…
¡Miradla! dirán todos
porque aún muerta la piel conserva
es el cadáver más viejo de mundo
pero aún mantiene la belleza
esa la atesoraron sus ojos
que tanto vieron y tan poco amaron
hasta hoy desde Sumeria
o en cualquier futuro no alcanzado…

Carmen Soriano López
Todos los derechos reservados.

2 comentarios:

  1. Porque siempre es fácil iniciar la danza
    cuando conoces cada son que te cantan
    tragedia que solo el saber conlleva…
    PLENO TU MENSAJE

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  2. Triste es un camino enriquecido
    Por las huellas de la sabiduría experimentada
    Porque es una letra gruesa
    Que rompe al penetrar en el ser
    Triste no poderse anexionar con delicadeza
    Y apenas nos quede un ápice de sabor dulce
    Cuando aparece la existencia
    Formando grumos y torpezas, tanto cuesta
    Que finalmente se admira su sapiencia, y no su belleza.
    Bsts.Mil Carmen.

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