viernes, 25 de febrero de 2011

Ding Dong




Repican endiabladas las campanas
maniacas, esquizoides
como si no supiera ya
de cada minuto que pasa
como si no fuera a mí a quien fustigan
minutos perdidos en búsquedas sin objeto
como si fuera otro quien se sueña en pesadillas
insensatas caídas
insurrectos levantamientos
libélulas con sayo que a ninguna parte llegan.

Y tú, como efecto sin causa
 miras desde tu balcón a lo lejos
dibujando ojeras en el aire
avatares insuficientes
no ablandan las alubias porque la olla me ignora
y empiezo a entender el ladrido del perro
¿Enloquezco? Puede…
o sólo es la ausencia que hace pupa
y huyen los versos que en las ramas sonríen
hablo con los animales
y todo vuelve, como antes.
a contarme de las tormentas que hasta aquí no llegan
pero arrancan árboles añejos
raíces secas que no contienen la quinta fuerza
vaivenes inciertos del quiero y no puedo
¿o puedo y no quiero?
vendrá la tarde apostillando respuestas
y alguien dirá que no son estos mis versos
porque no sabe cómo desdibujaron las campanadas
los secretos
que más arriba de las ingles guardaba
o tal vez, porque sabe de más…

Le he pedido a mi sangre que se calme
pero el ding dong extrasistólico
a borbotones la manda
como si cauce alguno la contuviera
pero no hay nada
por el aire se dispersan gotas que lloran
las paredes coloreadas
bermellones que gritan desde el techo
aún vives, aún respiras
¿he ganado la batalla?
puede
por inercia o por esfuerzo
supervivencia…

Dibújame de nuevo
aquellos soles de Amara
espejismos o reflejos
o dame una copia imperfecta
del hombre de la arena…
mientras subo el fuego del hornillo
que, a esta hora, el hambre aprieta… 

CARMEN SORIANO
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1 comentario:

  1. Estan las musas arreglándose y poniéndose bellas así que no hay que meterlas prisa porque pronto llegaran iluminadas de luz para hacer rebosar tu alma. Besos guapa

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