Juré no llorar de nuevo…
pero deja ser a este verso
lágrima postrera que vierta
tanto como rebosó el beso
y pueda entonces despierta
conjurar de nuevo con el espejo.
De este amor caleidoscópico,
que tú comprar querías
cuando yo sólo te regalaba,
con lo mejor me quedo…
Porque no estoy hecha de odio
odiarte no puedo ahora
tampoco me dejas amarte
sea entonces en la nada perpleja
donde vuelque las sonrisas
las canciones, las caricias
que aún hoy, pese a todo,
no ha borrado la desidia
ni esta torpeza nuestra
de no haber estado a la altura
de lo que el alma recibía
concentrando en nuestro centro
lo que sólo la cielo pertenecía.
Vuelve entonces el tono correcto
mientras el tren se vacía
y silba de nuevo el viento
“al tren suban los pasajeros”
pues se cumplen los horarios
pese a todo, pese a nosotros,
pese a esta lágrima que incordia
el poema que te despedía…
CARMEN SORIANO
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Eres tan grande que no cabe el odio ni en una de tus células, ni en el más apartado recoveco... Por mucho que haya gente que se merezca el desprecio...
ResponderEliminarAnte ti los ojos nutro, cuando me voy a dormir esperanzado de tenerte en vigor y fiel en ese otro momento enamorado, cuando la letra fiel brinde con nosotros en el siguiente atajo....
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