domingo, 6 de febrero de 2011

Labor desconsolada



Que ventura de existencia esta
adolescente de ausencias infinitas,
sufrida de presencias intempestivas,
ironía de bienhechores loados,
jactancia de malditos sin nombre.

Y la nueva tierra embelesada
entre nenúfares y gotas se esconde
no se acerca ni limita con su aroma
la hora tediosa de la alfombra
que me mira y se ríe ufana
de la soledad tronada de mis ingles,
del palpitar atónico del vacío,
sin cuerpo y sin forma, sin molde,
sin mí... sin mí... sin mí...

Habría el viento de traer la asonada
de la vida frente a esta inercia,
desierto interminable de labores
sin dueño y sin mérito,
abrazos reclamados sin sentir,
muecas con amor dibujadas,
aliento que doy y que carezco
pero es mi falta sordomuda...
que en la boca se murió el beso
que no di en su momento
y arde la piel donde no hubo mano
y duele el desquicio de brazos ajenos,
distancia del alma herida que huye,
clamor de la vida misma porfiada
que resiste como junco verde
embestidas tiranas del destino.

Mañana recuperaré la rosa
que se escondió en el lodo blanco
de saliva y pensamiento
y Sísifo me sonreirá de nuevo.

CARMEN SORIANO
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