Digamos que es esto irreparable
aunque entendamos por separado
y nombremos en diferente modo
este algo que ha quedado
entre el nicho de tu miedo
y el hueco de mi llanto.
Digamos que es inevitable
ser así sin estar en ningún lado
el surco de la lombriz invisible
siendo la huella sin materia lo que queda
lo que se nos ha dado
y no es por imposible
es que está ya todo arado
compost de piel y algunos restos
de sandías que se pudrieron esperando.
Digamos que así de este modo
cabe toda sorpresa en una mano
y en la otra, se agita esta inmanencia
con movimientos desesperados,
se quema la piel por esta causa
porque fricciona el alma su esencia
deseos, anhelos, no sé cuando fecundados..
Digamos así, hasta que llegue el día
de quedar mortalmente silenciados
por esa ansiada muerte pequeña
que además de inmanentes nos deje
uno sobre el otro montados, resucitados…
O no digamos nada, nada de nada
y sea el silencio el testigo sordomudo
de cuánto y cómo se puede sin poder nada
del saciarse de aire y preñarse de larvas
y aún así no perder la esperanza
porque lo que exige esta nueva cordura
la que nos obliga vacíos o enteros
que a cada cita acudamos
sólo para inventar la siguiente
y así en silencio destrozarnos
pues sin decir nada, digamos
que hoy por hoy estamos
de nuestra mutua inmanencia
enamorados…
CARMEN SORIANO
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Las sinergias de inmanente se precian
ResponderEliminarMientras portadores sientan
Ni demiurgos, ni cuerpos
La relativa distancia no existe más que sus ojos
Nunca en los latidos de sus pechos
Donde apenas un segundo, aquello inexistente
Marcan el derrotero de su distanciamiento
Es por ello, pensémonos pues existimos
Y además, lo sabemos…
Bsts Mil Carmen…No dejes de pensarte.
Y cuando de cerca invitas a decirle lo que nace lo que fluye y con el sonido de tus palabras le describes a donde vas, pudieras acaso pensar que si ya viene lo encontraras aunque inmanente lo persivas pero sin esperar?
ResponderEliminarO digamos sin mentir ni un ápice, que es tan feliz la senda como el pie semiinconsciente que la allana, y por su suave calor en cada arena recipiente pequeño de un abismo en flor, hecho de cada cosa cada gesto, que de noble pudor o amado aliento, tiene sabor a carne, a rojo, a todo...y por ese es arder mejor destino que no haberte conocido, al igual que es perfecto saber que todo fin tuvo siempre un principio...
ResponderEliminarCom Descartes renovado que apareciera en el mejor momento, llegas Santiago con tu comentario, sabiendo ya de cómo me gusta tu manejo de ese pesamiento, voz imparable que al ser mueve, mil gracias y mil besos.
ResponderEliminarCómo te respondo Luz Elena si son las preguntas tales que ni naciendo varias veces podría contestarte, acaso si pueda decirte de como agrada mi alma que así vengas a mi casa a interrogarme, honor que me haces con ello y te agradezco hondamente, besos hasta Calgary!
ResponderEliminarDiciendo o en silencio, mi adorado Vespasiano, saben ya todos los pasos de lo anteriormente andado, queda ese camino que hablas con más o menos suerte allanado... pero es la verdad inmanencia siempre cuando tú hablas... gracias.
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