No causar ofensa que otorgara
la excusa perfecta, venganza,
razones que anhela Váruna
para rayarnos, aventarnos
como plumas llevarnos y alejarnos
y luego en desconchadas paredes
muros solitarios, estamparnos
quebrando vértebras y manos.
Zarandear con furia nuestras almas
porque rompieron el pacto
y olvidaron la promesa
la palabra dada…
O dar motivos a Mitra
para defender este contrato
que no fue olvido ni desgana
fue prudencia necesaria y sana
aparcar tanto deseo a un lado
para que siga el pulmón respirando
y entienda el amigable Mitra
que es el oscuro… sólo amor,
sombras bien proyectadas
en el entretejido de unos versos
en el crujido de unos labios
en el mágico ensamblado…
de sueño con sueño, inesperado.
O acaso,
sé tú quien interceda en este caso
y aboga por este sentimiento
que incapaz no trasciende su propio tiempo
ni su estanca estancia ni su marca
duelo de impotencias empatizadas…
diles que aún persiste la promesa
que se mantienen las ganas
que sigue allí la verdad hallada
y tal vez entre Mitra y Váruna
cambien todo curso y sino
para que así se cumpla el destino
y sea en esta hora y no en otra
cuando santifiques mi cuerpo
y toda letra testifique
que ni en la védica ni en esta época
dejamos de sabernos o de sernos
amantes del amor eternos…
CARMEN SORIANO
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Que aún persiste la promesa,
ResponderEliminarque se mantienen las ganas,
que sigue allí la verdad hallada...lozana y halagüeña, como corcel que llega a la inicial carrera con la fortuna escrita en sus entrañas y la victoria a su favor en las apuestas...
Entre luces y sombras
ResponderEliminarHe de tomar por equilibrado sendero
Ni desvanecidos en huecos no percibidos
Ni cegados por el deslumbramiento n permitido
Sea así pues, zarandeemos la cuerda tensa
Que une el abismo con el cielo
Seamos funambulistas del espacio tiempo…
Gracias Carmen, Bsts con pértiga en mano…
Gracias siempre mi querido Vespasiano, renovando pactos que no el aire, para procurar el favor de los dioses o del artefacto preciso, o sólo mantener la suficiente esperanza, o allí afirmarse una vez más, de nuevo, mientras guardo tus ojos en ese lugar entre el cielo y la tierra en el que habito...
ResponderEliminarMi querido Santiago así es que entre la luz y la sombra, entre el uno y el todo, hacemos malabares para sostenernos y siempre, como pértigas benditas. hallamos manos que colaboran en esta tarea de mantenernos sobre la cuerda, besos agradecidos.
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