Bajo este cielo tan negro
porque robaron, una a una,
cada estrella que por mi brillaba.
lloran mis sandalias porque saben
cómo me quedé mirando,
impasible, sin hacer nada
mientras mi cielo expoliaban
almas tristes, equivocadas
que a él se mudaron sin permiso
y un día, sin aviso, igual marcharon
llevándose con ellas mis astros
mi cielo iluminado, el mío…
o por pura envidia, a puro cañonazo
desde sus avernos las destrozaron…
Sólo se salvó la luna
escondida en tus pestañas
por eso ahora no veo nada
mientras lloran mis sandalias
ando a ciegas si no me miras
si no tengo tus pupilas
cómo evito el tropiezo
si ya no hay luz que valga…
si tan fácilmente olvido
que fui yo quien apagó tu cielo…
perdona bello amor que ahora lloras
te lo ruego, no sufras
¿no ves que son gotas de luna?
¿no ves lo que intento?
te he dejado mis sandalias
no sé me ocurre otra manera
que purgar así tus ojos
si en lo único que pienso
es en devolver la luz a nuestro cielo
ese que inventamos un día
tuerto de estrellas pero pleno
porque en él sólo cabían
la luna de tus bellos
y el roto de mi pecho…
porque robaron, una a una,
cada estrella que por mi brillaba.
lloran mis sandalias porque saben
cómo me quedé mirando,
impasible, sin hacer nada
mientras mi cielo expoliaban
almas tristes, equivocadas
que a él se mudaron sin permiso
y un día, sin aviso, igual marcharon
llevándose con ellas mis astros
mi cielo iluminado, el mío…
o por pura envidia, a puro cañonazo
desde sus avernos las destrozaron…
Sólo se salvó la luna
escondida en tus pestañas
por eso ahora no veo nada
mientras lloran mis sandalias
ando a ciegas si no me miras
si no tengo tus pupilas
cómo evito el tropiezo
si ya no hay luz que valga…
si tan fácilmente olvido
que fui yo quien apagó tu cielo…
perdona bello amor que ahora lloras
te lo ruego, no sufras
¿no ves que son gotas de luna?
¿no ves lo que intento?
te he dejado mis sandalias
no sé me ocurre otra manera
que purgar así tus ojos
si en lo único que pienso
es en devolver la luz a nuestro cielo
ese que inventamos un día
tuerto de estrellas pero pleno
porque en él sólo cabían
la luna de tus bellos
y el roto de mi pecho…
CARMEN SORIANO
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Nada arraiga más
ResponderEliminarEn mentes que se prestan bondadosas
Cuan aquellos conocedores de edenes
Que la envidia
De diablillos rojos de felicidad
Por ello les persiguen
Pues portan alas
Mas no cuentan y de ahí su caída
De que ellos tienen el don de saber a quién ignorar
Por eso van tan altivos…
Disfruta de ti y la brisa que te acaricia el rostro
Dales envidia…
(Pues sé de mil maneras, y sitios donde decirlo…)
Bsts Mil.Carmen
Entonces sea así que los mate a todos de envidia y seas tú quien me muestre el camino, gracias siempre Santiago querido, por venir y llegar tan elocuente!
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