Salimos
del charco ilesos
sin
saber bien cómo lo habíamos hecho
y
desde aquella inmortalidad recibida
todo
adquirió un nuevo acento
tu
pasado, el mío…
sorprendía
el nuevo silencio de los muertos
siempre
en permanente estado de rebeldía
que
ahora mudos volvían a sus agujeros
porque
ya nada producían
y
era bello aquel silencio
una
nueva alianza con la ausencia de ellos
hasta
aquel gato que llamé Chicle un día
el
gorrión que supo de mí por una piedra
aquel
niño de la escuela que no creció
porque
le apodé el cara perca...
Esa
inmortalidad introdujo oxigenado el aire
y
nuestros pulmones anonadados
iniciaron
su función de nuevo
fibra
a fibra se renovó todo el cuerpo
que
recordó cada viejo baile
como
el primero de ese día
el
que fuimos inmortales
viviendo
sin carestías
sin
miedo
sin
responsabilidades…
a
qué dejarse la piel por el rastro
si
ya no habría razón para ello
si
sería desde aquel día
nuestra
memoria la única historia…
desde
aquel lugar donde nada termina
aquel
eterno comienzo
una
promesa sin caducidad escrita
sin
la exigencia del tiempo
sin
la amenaza de la vida finita
sin
pensar en el mañana
porque
el mañana no existía…
Nos
reímos, nos sentimos
vivos
como nunca estuvimos
y
todavía atestiguan algunas esquinas
de
cómo nos amamos
con
tanto sobrante de vida…
Pero
algo se rompió en un momento
trajo
el golpe la pregunta
¿y
el sentido?
tus
ojos de puro fuego
supieron
de un invierno repentino
y
se enharinó mi piel de cemento
cuando
uno de los dos, no sé quién
formuló
aquel cuestionamiento
que
cuajó en el pensamiento
en
el tuyo, en el mío...
en
un maldito bendito instante
en
aquel recinto compartido
de,
razonablemente enamorados,
razonar
bien todo lo sido…
el
sentido…
no
estaba
había
desaparecido
diluido
en aquel extenderse el tiempo
conciencia
clara de que nada acabaría
para
qué entonces reír
si
no habría llanto que provocara
el
deseo manso de traer la risa,
para
qué sentir tan intenso
si
no habría nada que arrebatara
la
posibilidad misma del sentimiento,
para
qué amarnos de aquel modo
si
no habría por qué añorarlo sin mañana…
y
nada acabaría con las ganas
más
que ellas mismas ahogadas
en
su eternidad mojada, larguísima…
se
soltaron nuestros brazos
y
los cuerpos desenlazados supieron
antes
que nosotros
que
la muerte
daba
sentido a aquellos besos
que
sólo por saberse efímeros
se
querrían los más intensos
pero
en aquel interminable día
sólo
eran fricciones de labios consentidas…
nos
miramos suspirando
por
aquella única oportunidad en la vida
que
nos llevó de la mano al mismo cielo
para
allí entender por qué los ángeles no tienen sexo
porque
la eternidad les robó el sentido
y
apelando al amor que nos unía
que
de su finitud hizo su esencia
de
la distancia su sincronía
y
de la lucha contra el reloj
su
propia apología
nos
tomamos de las manos
y
llegados de nuevo al charco
en
él nos zambullimos
sabiendo
posible
ahogarnos
enlodazados
o
perdernos mutuamente
en
el tornar a la vida bien entendida
pero
amantes consecuentes
recuperamos
en aquel acto
el
sentido que el amor revalida
que
sólo frente a la muerte
tiene
causa luchar por la vida…
Hoy
desde la finitud que ya no lastima
en
este lugar que de ti carece
sigo
recordando aquellas esquinas
que
aun muestran las marcas
que
dejamos aquel día
cuando
siendo inmortales nos amamos
para
que nos sirviera el resto de la vida…
y
lanzo un beso al aire y sonrío
porque
sólo el saberme ante la muerte
me
permite prometerte
que
estés donde estés…
te
amaré eternamente…
CARMEN SORIANO
Todos los derechos reservados
De mi tránsito por tus peldaños decimonónicos, y la prisa casi fatal por alcanzarte, he rodado por esta historia de versadas audacias que me mostró ese otro panal de fibras enriquecidas por lo simplemente vivas, pero brillantes porque marcan algo de tu biográfica existencia como producto de tu muy perteneciente pincelada....Me pareció genial tu hija de hoy...Eres divina, simplemente...
ResponderEliminary no sé amor quien experimentó con quien si la letra conmigo o yo con ella, pero así como se descubrió el electromagnetismo, me voy descubriendo de forma sorpresiva y bien contenta si así me dices, divina, que no lo soy pero por tí sería divina o cavernícola de cualquien rincón de una letra tuya, gracias siempre por la luz y el apoyo...
ResponderEliminarLa sombra que le das a mis tribulaciones y los azahares benditos que bordas al orillo de mis ratos alegres, tienen para mi tanto valor, mi Carmen...No sabes cuanto!!!
ResponderEliminarla poesía y tu formáis una bella fusión,siempre que te leo ,me inspira escribir,me zambullo en ellos como si una gran ola me tragara y me hiciera nadar por el océano de tu mente,se que no puedo que es el mio el que me habla,pero te siento y me comunicas con ellas,gracias amiga,y ya sabes no me hagas mucho caso.
ResponderEliminarno puedo
ResponderEliminarno debo
sí quiero
no esquilmaré
más mi alma
con tu recuerdo
sí quiero
no puedo
sí debo
olvidarte
aunque no borrarte
ya se encargan de ello
las esquirlas
que me acaricio en mi cara
cada vez que se me olvida que no debo…
seguir recordándote…
Bsts Mil Carmen…Gracias Inmensas…Maravillosa
Mayte querida que ya bien sabes que es tu compañía luz imprescindible de mis días y tus lecturas de las más queridas por cuanto enriquedes con tu subjetividad la mía, te quiero sin reservas y me encanta que me leas, puedes hacerte con mis letras una lentejas o unas fabes, lo que quieras, te pertenecen
ResponderEliminarSantiago que me tienes como el que deshoja una margarita y en estos toboganes que fabricas también resbalo agradecida, mil besos y gracias siempre por tan bello dejar en tus comentarios. Besos enormes!
ResponderEliminarSiempre hay un momento en el que nos sentimos inmortales, en el que se hace tan intensa la vida que creemos que jamás se puede terminar... Siempre seré inmortal a tu lado. Siento la ausencia... Me repito lo sé, pero de verdad que la siento. Todo volverá a su cauce (espero) y yo volveré a mi lugar, a ese número uno de tus fieles, porque así es como me siento... aunque estos días lo haya demostrado poco. Un millón de besos poeta, un millón de te quieros hermana.
ResponderEliminarAnda tu amor Maravilla entre mi necesidad y mi capricho, ignora mi exigencia que no es otra cosa que el reclamo del niño chico que precisa atención a todas horas, si sabes cual es tu puesto, siempre, con independencia de cómo transcurran las horas, te quiero.
ResponderEliminarSentirse inmortal...un instante sin conciencia...y el mismísimo preciso segundo donde se dimensiona la existencia...
ResponderEliminarY cuantas veces debemos bucear en nuestras profundidades para poder respirar un poquito de inmortalidad...!!!
Que hoy tus letras me han puesto alas y elevado inconmensurablemente,y también me han convertido en sirena...para poder darme cuenta de cuán humana soy y me siento...
Que le pones letras a mis procesos... ;)
Toda mi admiración Europa !!!
Será entonces que son los mismos procesos, los de todos, que ser humano es portar el mismo aire vestidos de diferentes modos, gracias por llegar y sentir mi adorada cleptómana, mil besos!
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