Entre mi esternón y mis costillas,
implacablemente hermoso,
introduces tus dos manos
siempre sucias, siempre lindas...
y sin vergüenza ni pudores
me sacas el corazón del pecho...
Te lo llevas a tu patio
a jugarlo al baloncesto
lo disfrazas, lo apuñalas,
lo restriegas por el suelo,
lo acaricias y lo mimas,
te lo quedas...
te lo olvidas...
Cuando te vas sin la sonrisa
lo introduces de nuevo
lastimado y hecho trizas...
Hace tiempo que procuro
hacerme de armadura alguna
parapeto, blindaje o escudo...
que de ti me sea defensa.
No lo tengo, no lo encuentro
así que desde hoy me rindo
quédatelo para tus juegos
olvídalo en una esquina
pero no me lo devuelvas...
...prefiero no tenerlo
que echarte así de menos...
Todo buen gesto tierno y amoroso...hecho con el corazón...siempre dá sus frutos, por mucho que sea arrastrado, se restriegue y sufra... al final... la lucidez de la inocencia, se convertirá en pagos sin moneda... pero te daran la vida, que no es otra... que la ganada...con tus obras...
ResponderEliminarNos quedamos con lo bueno? Si, si tiene que haberlo... Seguro que tiene que haberlo. Quedate con la sonrisa de ese "rompecorazones" cuando enganchado a tu cuello te dice las ganas que tenía de verte y pidamos al genio de la lámpara que nos regale la esperanza de un mañana sin billetes de ida y vuelta, sin mochilas donde esconder el cariño que os teneis, donde le dejen gritar que te quiere, que es feliz a tu lado...
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