Desde el Solsticio de mi invierno
de nieves ardientes sembrado
por tintas derramadas en desiertos
es a tu Equinoccio al que vengo.
Verdad la que arranca de mis manos
el ser verdadero que escondo
no tanto por los azules pasillos
como por lo restos, rescoldos....
No hay distancia que no salve gaviota
ni antesala en la que no espere sentada
de tus sabores y aromas provista...
Ni salva un salto de mar salada
el gusto que se queda intacto
cada vez que tu voz me llama...
Que contigo siempre es verano porque das luz con tus poemas, con tu arte, con tu magia. No hay invierno frio en tu compañia.
ResponderEliminarMomentos de sentimiento...sin importar las distancias...Todo lo tienes cerca...al alcance del corazón.
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