jueves, 9 de junio de 2011

En el anfiteatro



A la carrera, apresurados
los pies, los ojos, las manos
todo parece escaso
todo se ningunea
es el objetivo mayor
supera incluso a la meta…
no es llegar, es hacerlo primero
sin el otro, antes que el otro
esa es la vergüenza
esa es la pena
vendrán a acusar al juez de línea
porque dio el pistoletazo de salida
o a ese pobre botarate
que salió desnudo a la pista
al público, al taquillero…
a Wall Street o a un mafioso ruso
siempre habrá un culpable
bien maligno y desdeñable
o un cabeza de turco
bien torpe e ignorante…
y eso qué evita en nada
si están por todos lados
los cuerpos esparcidos
de corredores que no llegaron
ignaros que ni correr sabían…
algunos otros desmembrados
por tantísimo que apostaron
o tuertos sin ojos o mancos
porque les pudo el de atrás
era más rápido o más resabiado…
Quiero irme de este estadio
empieza el hedor a muerte
a impregnar mi pelo lacio
se pega como pez a mis labios…
están todas las puertas cerradas
y mirar para otro lado
tampoco me excusa en nada
pero cómo lo hago
ni público, ni juez, ni orate
ni corredor, ni taquillero
no soy ninguno de ellos
en este circo no pinto nada
por más que esté aquí dentro
atrapada, encerrada
por algún designio oscuro
o como el resto
porque fuera de aquí no hay nada
haré entonces como todos
le echaré la culpa a otro
tal vez a ese dios que aquí me puso
para que vea o para que sea…
uno más, como ellos… culpable.

CARMEN SORIANO
Todos los derechos reservados

10 comentarios:

  1. En el lugar que la noria toma de del eje su forma, en redondez que haga dúo con el rectángulo probo, que el dibujo pactado de ser humano abierto como equis, las manos a las estrellas los pies nobles al arcano, dijo Da Vinci es el hombre y tu gritaste es el cuerpo...y estas letras ardua Europa, ensimismadas de solas...tremendo....

    ResponderEliminar
  2. Gracias mi amado Restrepo, sé que Da Vinci al mismo tiempo que ubicaba al hombre en el círculo perfecto, ideaba toda suerte de alas, tal vez él sentía lo mismo, creyó que hacia arriba podría escaparse acaso, pobre ingenuo y genio al mismo tiempo, no hay salida, procuremos entonces, ser culpables en la forma más digna, gracias luz de mis horas... ¿ardua?...

    ResponderEliminar
  3. Porto una palanca
    Si no abres la puerta
    Dos cosas haré
    Mostrar la alzaprima y pedirte resguardo
    O reventar la aldabilla
    Y raptarte, con o sin, tú voluntad decide
    Arrástrate al estadio del deseo y rodar
    Sobre la hierba
    Y cuando recibieras su frescura y aún decidieras
    Culpabilizarte, entonces me hundiría
    Mas soy optimista, el regusto te clamará…
    Bsts Carmen…Mil recorridos antes de acabar con los anfibios.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Santiago que estaba yo encerrada en ese estadio de la vida, sin hallar respuesta a tanto escarnio y llegas tú y no me raptas, más bien me rescatas... qué culpa pues por ello sentiría, mil gracias querido Santiago por asomar por aquí tus palabras, un gusto siempre!

    ResponderEliminar
  5. Rodeados de culpables estamos, culpables de verdad o culpables por mandato divino o terrenal... No hay nada después? Yo a tu lado seré inmortal. Un millón de besos.

    ResponderEliminar
  6. A tu lado me redimo Mara mía, de esa porción que me toca, la mía, donde nada hay que hacer ni más etiología que yo misma, te amor reina mía no me faltes que duele más el golpe... mil besos!

    ResponderEliminar
  7. La culpa de ser cómplice sólo es culpa cuando uno es cómplice, Carmen, no cuando uno se ve obligado a ser expectador lejano. Tu alegor{ia de la humanidad es escalofriante, me has invitado a ver cómo quedan destrozados unos y otros en una competencia desleal y estúpida... incluso calculaste cómo iban todos a culpar a otro, a cualquier otra cosa, con tal de no reconocerse responsables de su propia suerte. Carmen, estamos obligados a ver, pero mientras usemos lo que tenemos (que, en tu caso y de manera magistral, es la poesía) para intentar hacer conciencia en los otros y para evitar que nuestra conciencia sea absorbida por la costumbre, el mundo tiene una posibilidad. Somos lo que quieran, Poeta, menos cómplices.

    ResponderEliminar
  8. Gracias Cristián por tan bien ver donde nos encontramos todos con más o menos impotencia, sin ofrecer solución posible, acaso esta humilde manera de despertar la conciencia desde la empatía del sentimiento, mil gracias por tu atención y cariño!

    ResponderEliminar
  9. los mas culpables son los que lo miran desde la platea,nosotros humildes espectadores de gallinero,poco o nada podemos hacer ante la masacre,aunque a veces nos toque meter la cabeza entre las alas,es como sentir la impotencia de tener que cruzar los brazos.

    ResponderEliminar
  10. Pongamonos todos Mayte querida, yo la primera que desde mi cómoda silla observo, haciendo un pobre poema para limpiar tan solo mi conciencia... besos mi asturiana bella!

    ResponderEliminar