Dónde quedaron las entradas
esas que en mi diccionario esperaban
fuera yo a buscarlas para hallar en ellas
la clara y concisa manera
de decir cómo te quiero...
acaso desaparecieron
o huyeron ante mi intento
de nombrar esto que siento
por necesidad vinculante y siniestra
de mantenerme a la tierra anclada...
desbordando el llanto la prudencia
rasgando el alma en penitencia
la sensatez que todo sublima...
Queda siempre al llanto el canto
unido en hermandad impuesta
para que sea solo en la letra,
donde todo resucita y vive,
que pueda hallar en tus brazos la vida
el agua, el aire y ese beso...
y ser exactamente lo que debo
sin mesura ni censura ni aldaba...
sean canciones lechos y caricias,
sábanas, expuestos bodoques
de este sentimiento limpio
que no halla su término ni entrada
por indefinible excelso...
por diferente eterno...
por si mismo bendito...
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