De esa píldora que a diario tomo
porque así prescribe el tratamiento
en este asilo de tus brazos
en el que voluntariamente ingreso
para que descanse mi alma
o tal vez, sólo para que se halle,
de esa píldora que me sabe,
al mismo tiempo,
acre y chocolate, a fresa y a vinagre
sufro efectos secundarios
dolores de vientre y de pezones
estertores, combustiones…
porque no sabe mi alma enferma
sin la catarsis del fuego sanarse
ni de otro modo contemplarse…
Surte efecto poco a poco
este insólito tratamiento,
esa píldora bendita
cuyo principio activo no puede ser otro
que el amor transparente y sencillo,
y aún temiendo que sólo fuera un placebo
la sigo tomando porque, de algún modo,
sana todas las heridas y rehace
mi sistema inmunológico…
mientras del buen doctor me enamoro
como no podría ser de otra manera
pero eso es sólo efecto de tus ojos
cuando de esa forma me miran cada día
al poner sobre mi lengua la pastilla…
CARMEN SORIANO
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No hay industria farmaceútica que pueda crear tan eficaz medicina... Delicioso jarabe, exquisita pastilla... que acalla los ecos del dolor físico y deja en paz el alma... Amor ¡¡¡Bendita medicina!!!
ResponderEliminarComo el que dispensas en tu farmacia... sigo fascinada a esta hora, gracias Mara.
ResponderEliminarSuelo creer que eso pones en mi boca, mi beatífica amiga guindada de latidos, entre tuyos míos, de la tierra, surtidos de los cielos, marítima estancia que convoca tu etérea presencia entre mi localía, vos, pastilla, de duradero favor, en tus dos momentos principales, al prendido sol y a la apagada pero febril noctámbula armonía.......
ResponderEliminarMaravilloso brebaje,que quita semejantes males,que nutre las almas y quita el dolor de la carne interna.
ResponderEliminarsiempre me dejas con ganas de mas letras amiga
y así, Restrepo, como doctor y paciente, o como tú dices como dispares siameses, o como amigos, o como amantes del alba en sendos sentidos, mantegamos la pauta prescrita o doblémosla si se precisa que nadie murió por sobredosis de este medicamento bendito, gracias luz por la salud que procuras...
ResponderEliminarLlegas a mi casa Mayte y se hace el aire más saludable, gracias siempre por tu presencia amiga, a veces en la tuya te pierdo por gigante... mil besos.
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