¿A dónde me mudo?
¿A qué piso o escalera?
Si está en ruinas el edificio
y yo sigo en la azotea, la mía,
sin ascensor que abajo llegue,
sin salida de emergencia…
sin puerta trasera...
No me gustan los vecinos
y los gatos aquí ya no son gatos,
tienen la lengua podrida,
si te rozan te quema su saliva…
(Como todos esos cristalinos
que no me ven por más que observan)
Desde la calle me mira la gente,
me señalan y se mofan o desdicen
de este empeño, para ellos patético,
de escapar de aquí alzando el vuelo,
me llaman loca, o peor, anarquista…
Y yo sigo con lo mío,
me saco el corazón del pecho,
lo coloco sin reflexión en mi sexo
por la quimérica engañosa idea
de que así querer duele menos
y me como a bocados las esquinas
mientras a saltos practico
cómo se vuela hasta el infinito
y entre tanto, tú guardas mis alas,
otro loco Ícaro, o no tan loco,
desde tu propio edificio
tal vez con menos ruinas…
Cuando desde mi azotea te miro
cómo fabricas mis alas en la tuya
desaparece toda la gentuza,
desaparecen los gatos y los vecinos
y sólo veo el aire que ya no falta,
imagino cómo es es el infinito
al que tal vez no llegue por destino
pero que ya es acento circunflejo
en cada palabra que te digo…
en las que callo es donde habita
la que desconoce sin remedio
hasta esta azotea maldita…
CARMEN SORIANO
Todos los derechos reservados
CARMEN SORIANO
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Cuan fácil poder volar
ResponderEliminarNos decíamos
Mientras caíamos a plomo
Pero cogidos de las manos.
Nos pareció un vergel de esperas
Una unión infinita
Que pena que hubo un despertar
Para joderlo todo…
Gracias Carmen, entre patios y azoteas…Un placer.Bsts.
Aquellos que desde fuera critican o se rien de tu torre, de tu azotea, son sólo aquellos que no tienen calor de hogar, que no tienen un alma donde cobijarse... pero tu, allá arriba, tienes aire, tienes arte... Si te mudas me das la dirección, que al cielo o al mismo infierno me voy yo a buscarte. Un abrazo fuerte. Perdon por la ausencia, fuerza mayor, ya sabes.
ResponderEliminarTu azotea es tu alameda,tu torre ,tu guarida,todos tenemos esa azotea,al menos quienes queremos vivir sin quimeras,solo las personas carentes de sensibilidad,por afectos no recibidos hacen mofa de los demás,yo también tengo esa isla que he echo de las paredes de mi casa que solo traspasan mis muros aquellos que yo se.una exquisitez leerte
ResponderEliminarAlgunos, Santiago, nos negamos a despertar no sea que como en la canción de Mecano pasemos de gaseosos a sólidos para nuestra desgracia, vivámonos pues en esperas y sueños que nos eleven un poco de este suelo lleno de gente... un besazo y como siempre, gracias por tus ricos comentarios son un placer.
ResponderEliminarMara mi silencio de ayer era preciso por ese dolor ingrato... te amo, veo que ya todo está como debe y me alegro... como siempre leyendo mis letras y mi alma de esa forma tan tuya, tan mía, gracias siempre mi hermana... ya sabes, si me mudo te llevo conmigo en el primer porte...
ResponderEliminarGracias Mayte, tan bellamente me guardas en tus rincones que no puede hacer más que agradecerte de nuevo y en tu caso, puedo imaginar cómo es recorrer tu casa, los aromas que guardas en ella, ese arte que te hace y que a todas horas te llama... mil besos mi asturiana.
ResponderEliminarY el insidioso afán de marchar desde aquí hacia el lugar en el corazón sobrevenido, hace que el pecho arda, se quemen yemas y pies en la carrera, y sean los ojos avenidos con el triunfo, pero dejados en derrota en el camino ingrato, los que tornen a mirar el atributo de la idea o el lugar, en que la quimera nutrida vuelve sin razón a darnos vida...
ResponderEliminarAy era cierto que viniste Vespasiano y llegué tarde pero solo fue porque estaba soñando algo propio de los que así vivimos... de tus alturas bajas para dejar halagos, gracias, gracias.
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