Me miras forzando una sutil mueca
una solidaria sonrisa que devuelvo
pues desde este charco comprendo
que sólo mientes por sincero afecto…
Quieres que bailemos, que charlemos
que al parchís nos batamos en duelo,
quieres que grite o que así mismo retocemos
y hasta de Babilona me traes flores,
inventas indulgente mil consuelos,
mil cielos con mil luceros, mil dulzores…
pero es que no entiendes amor…
que esto que mi boca y mis piernas cierra,
que constriñe mis cejas y mis labios lacera,
esto que ralentiza el latido mientras el
llanto acelera
no es hastío ni abandono,
no es desidia ni pereza,
no es tristeza ni desplome,
no es desamor ni desaliento,
es puro cansancio,
cansancio del duro,
cansancio del negro,
del que daña cada fibra
desde pulmón hasta el cerebro,
del que despierta cada muerto
y aborta cada posible nacimiento,
del que hiela la sangre atónita
y enfebrece el ya huido pensamiento…
cansancio de la vida misma
por cada segundo obsceno,
por cada majadería,
por cada inocente que el aliento pierde
mientras algún cabrón logra su plusvalía,
por cada una de las reiteradas veces
que el mismo dios me desdice,
mientras así mi alma se envilece…
Por eso amor, deja en la almohada
esa sonriente mueca solícita
y permite que descanse, así,
abrazada sólo a mis rodillas…
mañana, apenas despunte el día,
montada sobre ti, te prometo,
recobrar toda mi energía…
bailar, charlar, prender flores en mi pelo
y usar los mil luceros
para al parchís ganarte en falaz duelo
y en injusto pago cobrarte…
que me lleves de nuevo al cielo…
CARMEN SORIANO
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Sólo por eso, por destejer la hamaca donde sin reparo hemos llevado a comulgar los sueños, no te perdono, más bien te imploro que sumerjas ese amor en más del mismo color que tu convocas, cuando llamas los sueños a cumplirse en el pliegue esperado de tu boca........................
ResponderEliminarY yo amor que de tu indulgencia conozco, no te creo, me perdonas porque entiendes, así como repetía mi abuelo, que en la vida ha de haber de todo... y hasta de brincar se cansa un gamo lo que no lo hace por ello menos gamo... y como a tu luz mis sombras dejo te haré caso en el consejo...
ResponderEliminarHay días que necesitamos sentirnos cansados para al día siguiente renacer de nuevo... Se te permite, por todo o por nada, sólo se te permite... pero un día, ni uno más, que es tu corazón mensajero de todo lo bonito del mundo, que sin tu alegría no hay arcoiris, sólo un color gris... Te quiero, pero eso ya lo sabes ¿verdad? Un millon de besos.
ResponderEliminarDe los mil cansancios tú me salvas como así lo haría yo de los mil tiranos o de las mil moscardas, y de estos tratados que contigo firmo sin más adversario que el tiempo ni más fatiga que tu falta, no me canso de ninguna manera de repetirte como siempre, te quiero, gracias, te quiero, gracias, te quiero...
ResponderEliminarSin creerme quiero
ResponderEliminarDejar que descanses ahora.
Mas piénsate engañarme
Pues un solo ojo cierro
El resto de mi cuerpo vela tu sueño
Pues si dejarme piensas
Habrás de ser más transparente.
Ahora descansa mi niña
Que espero la revancha…
Gracias Carmen…un placer Bsts.
Gracias Santiago por la visita, pero nunca retes a quien no perdió jamás un reto salvo que así perder quisieras pues también tiene su recompensa, gracias por tus adornos, son una delicia... besos.
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