viernes, 11 de marzo de 2011

A una distancia probable el ser amante... poesía de José Ignacio Restrepo

Cuando veo tu rostro sin verlo
y en la cuenca impasible de mis manos
sorbo por sorbo bebo la luz de tus ojos,
buscando como siempre calmar esta sed,
comprendo sin hacerlo al destino…
de la tierra de los ríos soy, y sé que todo secreto
yace dormido esperando por mi
en la tierra que tiene mi mano,
y que este grano tomado de la fe
proviene de un matero de tu casa,
no sé cómo se logró tal resolución,
los milagros duermen la siesta
mientras vamos solos al banco,
y ahora sé que me falta el vigor de tus ojos
para completar el canto del turpial,
que a pesar de quedar libre por mi mano
viene todos los días a cantar
afuera de su jaula de oro…
ah!...el vigor primoroso de tus ojos,
aun en los días en que la batalla
se perdió por la sutil melancolía
y gastamos el afán de la cerrada la boca,
escuchando los vulgares secretos
que mustian los sentidos,
esos vástagos jóvenes sapientes
que han advertido con gozo inenarrable
el significado inefable de las cosas
antes que nosotros mismos…
tus ojos llegan atónitos aquí,
al portal de mi casa hoy en ruinas
y me obligan a mirar hacia la luz
a la ciudad que lleva mi nombre
por el favor orate de cardúmenes
que salieron de mis libros una noche,
solo para completar tu búsqueda
y la del brillo inexcusable
que ahora tengo por norte…
y de la mano que en la mía descascara,
su piel de cardo y camelias,
cuya sencilla razón de estremecerse
solía ir por ahí gritando Europa,
debo decir simplemente con ternura
que ya abrazó la razón como reliquia,
y me obligó a desear otro matiz,
la circunspecta y leal razón forjada
que luce rostros de miedo y valentía
ante la misma tonada por desear ser feliz
pese a saber que afuera solo me espera la lucha,
siempre aguardar otra distante madrugada
como los niños que son enviados a la guerra,
y solo tienen en la bolsa rota
un mendrugo podrido de esperanza,
por comentarte de noche
en nuestro dulce panal de miel y vino,
en donde suave y derroche
son las palabras de guerra y de armisticio,
puedo traerte cien mapas de las rutas dispuestas
los de la fuga al través del tedio puro,
los que nos muestran el azar desnudo,
y aquellos que falsamente nos dirigen
hacia el camino seguro,
mi bella Europa,
la de los ojos hondos de sentirlo todo,
la de las manos tibias de cargar a su pesar tesoros,
la de la danza etérea que se asió cualquier tarde distante
de su postrero minuto sin muy bien avisarle,
mi Europa pura, y que los mapas muestren
lo que les venga en gana,
ya está bien de señales
que pretenden enseñarle a latir
al forjador de tañidos,
en los impíos instrumentos de las aves…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Derechos Registrados

1 comentario:

  1. Me encanta el video, me gusta la música, me cautiva tu voz, me enamora la letra... Vamos que me encanta el duo que haceis.

    ResponderEliminar