miércoles, 17 de noviembre de 2010

Confesión de una polilla



Con el alma desnuda andabas
disfrazado de insignificancias,
cascarón de pobreza impuesta
sin palabra ni casa ni fortaleza.
Castigo del pecado que no fue tuyo
escogido de esponja y agua
para lavar los ajenos agravios
sin opción, sin esperanza...


Pero brillaba tu alma desnuda
con fulgor escondido entre hieles
tal semilla de mostaza alberga
dar al mundo su grandeza.


Y era mi mundo tan oscuro,
ininteligible y vacío...
que tu luz vi sin querer
y a ella quedé pegada,
cual polilla te rondo siempre
que tú nunca te apagas...
que lo mio era lúgubre
pero quedaban esperanzas.


Y si esto no es amor será apaño,
engaño o fé, verdad o farsa,
pero no quiero perderlo nunca
que tú alma vistió la mía
de una hermosa luz blanca.


Con tu luz y con mi prisma desde entonces
pintamos de color nuestra estancia
y quien se deslumbre que se aparte
que esta es nuestra única gracia.

CARMEN SORIANO
Todos los derechos reservados

1 comentario:

  1. Estaa es, Carmen, mi alma, y no es poca gracia. La luz no significa nada si no hy quien la observe (aunque a veces le ponga un lente de aumento a lo que sòlo es una chispita). Lo bueno de ser anónimo es que sòlo tù me ves. Te adoro.

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