Me muestro, por única, altanera
orgullosa de mi sitio y andadura
descarada y soberbia,altiva,
demasiado sincera...
Pero sólo tú sabes cómo duele
de única estarse sola
pues también de único te vives
y rebuscas entre mis piernas
el antídoto al hechizo
que nos embrujó un día cualquiera;
y yo sólo quería tu agua
hasta que me llegó tu aroma...
y ahora ya no sé que quiero.
Fui yo quien dijo entonces
¿recuerdas mi cielo?
ni amor ni miedo
era una advertencia clara
de la ingenua que desconocía
el olor que tú emanabas
pero te inspiré una mañana
y se fundió el escudo,
se cayó la máscara,
se abrió la piel exigente
pues la suya se encontraba.
Ahora después de tanto
de risas, sueños y mutuos lamentos.
de canciones robadas al recuerdo
de adolescencias invocadas
de encuentros imposibles
y abrazos extraviados;
soy yo quien ahora ignora
de aquella mi advertencia;
que ni amor ni miedo te dije
y mírame ahora, ¡Seré idiota!
que queriéndote como una loca
tengo miedo de perderte o de perderme.
Ni altanera ni orgullosa te mira
pero sincera te implora
¡No me dejes!
ésta que por única quieres
y por única está sola.
No escribes... Describes.
ResponderEliminarLindo.
Que no esperabas que se "colgara" tu alma, que por experiencias pasadas quedaba absuelta de compromisos... Pero ¡Ay! Mi poetisa que el aroma del amor es tan fuerte que embriaga tus sentidos y te sumerge en el tranquilo mar de una felicidad hace tiempo merecida.
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