No me llames Flor...
si no es para deshojarme lentamente
hasta que sólo quede el polen.
No me llames Sol...
si no es para que erupcionen
mi helio con tu hidrógeno.
No me llames Mar...
si no es para ahogarte en mis olas
y deshacerte en mis orillas.
No me llames Cielo...
si no es para adorarme ciegamente
olvidando tus cometas.
No me llames Luz...
si no es para darme cera
y mantenerme encendida.
No me llames Reina...
si no es para hacerme un trono
y ponerlo sobre tus piernas.
No me llames, no hace falta,
lanza un beso, iré corriendo
a por él y a por el resto
y sólo entonces y después,
hecha polen por el fuego
de ver como en mi te ahogas
y que desde mi trono altiva
contemple a la luz de la vela
como entregas tus cometas,
solo entonces y después
¡Puedes llamarme como quieras!
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