¡Parece que no te importa ¿no?
cuantas veces intente el esfuerzo inútil
de mudar la piel que tu me diste
para ser luego el objeto de tu ira!
¡Pero hiciste ancha mi espalda
y ahora te rebelas porque aguanta
intentas derribarme y no puedes
por eso descargas con él tu rabia!
¡Te equivocas Dios, te equivocas
que da mi espalda para ambos
que el amor la hace aún más ancha!
Pero como aún por hábito te temo
me rindo ahora y te ruego humilde
no le hagas extensivo mi castigo...
Que Dios te Bendiga...
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