Me vuelvo del revés y suspiro
si no es mi camino el previsto
injuria del destino me hizo...
terminar mi peor enemigo.
Es la cobardía de descubrirlo
la explosión que amedrenta
en sufijos desalineados
en poemas que aborté.
No es de marfil mi torre
es de miedo indómito y fatuo
de engaños revividos...
noches sin horas prosaicas.
Pasa el tiempo arrastrando
la farsa de mi alas inquietas
empuja el alma al vacío
de los sueños desechados.
Clama la verdad por dentro
su quejas por años calladas
sombras de ayer inacabado
amalgama y ansia de posibles...
Esta vez te oiré verdad secreta
no esconderé tu prodigio
no seré quien te mantenga
retenida entre miserias.
Retiro por fin la máscara
en sincera comunión contigo
que no es tiempo de lírica y verso
pero me ardes en las tripas,
con fuego de Larra y Bécquer
con llamas de Espronceda y Hugo
candelas de Unamuno y Castro
hogueras de Borges y Cortázar.
¡Quémame si quieres toda
me elevaré como humo entonces
del ser al ser debido!
CARMEN SORIANO
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