Noctámbulo y distraído te presentas
llenando de humo la noche impropia
de guirnaldas efímeras me vistes
levitando algodonado en versos.
Tesoro que me eres ajeno
en bendita lid me vences
desigual pero isométrica
me pierdo entre tus versos
que de besos estoy llena.
Empaste de mis huecos,
cadena de oropel etérea
la que me ata de esta manera,
en suspiros de lengua muerta
me vierto y me renazco
ladrón de horas que mi tiempo manejas
y me cambias el sueño por escenas.
Sabiéndome huérfana de letras
y bastarda de quimeras
hoguera en la que ardo seas
que en la aciaga noche vengas
y al Helicón por ti me lleves...
¡Lirismo que eres mi amante
no abandones mis horas
que sin ti vivo solo a medias!
Si mi alma es lo que quieres
desatada la llevas...
CARMEN SORIANO
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